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HISTORIA DE LA BANDERA DE LOS COLORADOS DEL 80 - EL SARGENTO MIRANDA


Historia de la Bandera de los Colorados del 80 — 
El Sargento Miranda.

Fue el año de 1919, que, el sagrado emblema de los Colorados salvada en los campos de la Alianza por el sargento Nemesio Miranda y guardada religiosamente por el coronel Murguía, volvió al seno del Batallón “Colorados”, al haber sido entregada mediante un conmovedor ceremonial en el Círculo Militar por el hijo del benemérito coronel Murguía, en cumplimiento del testamento de su padre, quien había dispuesto que esa bandera fuera entregada a la unidad que volviera a figurar en el ejército con el nombre de Colorados.
Nemesio Miranda, último sargento sobreviviente del célebre y legendario batallón rojo, fue el que tuvo la gloria de salvar esa gloriosa enseña. Pero antes de narrar dicha hazaña, veamos quién fue este servidor de la patria.
Nació en Potosí el 19 de diciembre de 1853, y fue hijo de Miguel Miranda e Inocencia Aguilar. Enardecido desde su infancia con el olor de la pólvora inflamada en nuestras luchas civiles, sentó plaza como soldado distinguido en el Batallón “Omasuyos” 3º de Línea, a la edad de 19 años, esto es, en 1872.
Ascendió a Cabo 2º y fue uno de los expedicionarios a Valle-grande para debelar una revolución, a cuya vuelta fue destinado en calidad de Cabo 1º al Escuadrón “Rifleros”, habiendo tenido su bautismo de fuego en los campos de Chacoma y en las barricadas de Cochabamba durante la presidencia del doctor Frías (1875).
Después de estos acontecimientos, marchó nuevamente a debelar otra revolución en Santa Cruz en 1877, habiendo pasado dos años más tarde, en 1879, al Regimiento “Bolívar”, organizado sobre el mismo escuadrón “Rifleros”, a raíz de la invasión chilena a las costas de Bolivia.
Movilizado el Ejército, el “Bolívar” marchó en la vanguardia as a Legar a la ciudad de Tacna, donde fue destinado a guarnecer el pueblo de Tarapacá, desde cuyo punto efectuaba diversas y constantes expediciones, en una de las cuales tuvo lugar la sangrienta carnicería de Germania, donde Miranda combatió heroicamente defendiendo y salvando también en esta ocasión la bandera del regimiento (6 de noviembre de 1879).
Después de esta acción, nuestro héroe fue destinado a servir en las filas del Regimiento “Húsares” de Bolivia, con la graduación de Sargento 1°, y del cual pasó poco tiempo después a las filas del Batallón “Daza” Granaderos 1º de Bolivia (Colorados), donde se cubrió de gloria. Pues a más de haber luchado heroicamente en la batalla de Tacna, el 26 de mayo de 1880, tuvo un rasgo de sublime heroicidad salvando la bandera de su aniquilado batallón, en las siguientes circunstancias:
Miranda combatió junto al abanderado, y cuando vio caer a éste, se apoderó de la sagrada enseña redoblando desde ese momento su valor y heroísmo para salvar de caer en poder del enemigo; y cuando al atardecer de aquel memorable día las dispersas tropas de la Alianza se retiraban vencidas haciendo sus últimos disparos contra el invasor, Miranda pudo buscar un refugio en los huecos de algunas peñas y ocultarse de la salvaje y despiadada persecución del adversario.
Allí estuvo el sargento escuchando los últimos disparos del vencedor, el toque de degüello, el estertor de los agonizantes y el simpático eco del enajenado cometa rojo que seguía llamando al ataque cuando todos sus compañeros habían caído para no levantarse mas
Vino la noche, helada y triste, con esa tristeza de muerte y de espanto, en que Miranda pudo salir de su escondite y abandonar aquel campo maldito llevando oculta la preciosa tricolor a la que había estrechado amoroso contra su pecho al amparo de las sombras de aquella
 inolvidable noche; y cuando reinaba el más absoluto silencio en aquel campo de muerte y de espanto se encamino a Tacna donde entregó al siguiente día a su jefe, el coronel Murguía, asilado a la sazón en una casa particular, la sagrada reliquia.
Murguía pudo conducir a la patria la venerada Bandera de su legendario batallón y guardarla con amoroso empeño entre sus más caras reliquias, para algún día entregarla, “cuando se trate de reconquistar el territorio usurpado por Chile, al batallón que fuera organizado con el nombre de Colorados”.
Este deseo fue cumplido después de 39 años por su hijo el señor don Nataniel Murguía, quien hizo la entrega de la reliquia que flameara orgullosa en los áridos campos de la Alianza cobijando bajo su querida sombra a los heroicos soldados del legendario Colorados, cuando les tocó sucumbir como mártires y como héroes.
(HISTORIA DEL EJERCITO DE BOLIVIA 1825 -1932 - Cnel. (R) JULIO DIAZ ARGUEDAS) #CORTEGOSKY
Fotos: Abanderado del Batallón Paucarpata 1879. Álbum Gráfico militar de Chile, Bisama (foto original en B/N).
Colorado pintado en 1929, por Avelino Nogales.

1 comentario:

  1. me intereso mucho esta historia ademas enseña a saber mas de mi probinsia

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