Por: Guimer Zambrana Salas / Extracto de su blog
personal: elmancebao.blogspot.com /
Septiembre de 2016.
Dicen que, hasta antes de la llamada Guerra Federal (1899), la silla
presidencial era, en realidad, la de la montura de un caballo: El primer
mandatario del país gobernaba Bolivia desde el lugar donde se encontraba. Es
así que el Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana ejerció su mandato desde
Irupana, el 9 de mayo de 1830.
El 24 de abril de 1830, el también designado “Mariscal de Zepita”, salió de la
ciudad de La Paz rumbo a Chuquisaca, pero lo hizo a través de la vía que
atravesaba Yungas, Inquisivi y el departamento de Cochabamba. Según el libro
Monografía de Los Yungas, de José Agustín Morales, lo hizo con el objetivo de
cerciorarse personalmente de las muchas necesidades de los pueblos
transandinos.
Es así que, el 9 de mayo de 1830, tras llegar a Irupana, ordenó a la Prefectura
del departamento de La Paz enviar vacuna fresca contra la viruela, además de un
médico practicante para que la suministre a los niños y jóvenes que eran las
principales víctimas de la enfermedad. Así también instruyó a los curas de la
zona que propaguen la noticia de este beneficio durante sus sermones, con el
objetivo de que la gente acuda para recibir la inmunización.
Santa Cruz y Calahumana debió de cerciorarse del mal estado de los servicios
educativos de la región yungueña, tanto que en el mismo Irupana dispuso la
creación de un impuesto destinado al sostenimiento de escuelas de la misma
Irupana, Chulumani, Coripata, Coroico, Chirca y Pacallo. Gravó con un tributo
de 4 reales sobre cada quintal de harina de trigo, 2 reales al de maíz y 2 reales
de cabeza de ganado faenado para el consumo.
Si el tema de los caminos de la región yungueña es un problema ahora, imagine
lo que pasaba hace casi 200 años. El Presidente ordenó la apertura de un camino
entre Unduavi y Coroico, además de la refacción del de Yanacachi. Encomendó el
primero de ellos al ciudadano Bernardo Gonzáles y el segundo al corregidor
Eugenio de Montufar. Para cubrir el costo de ambos trabajos autorizó que ambos
cobren para sí el impuesto de peaje por un tiempo de dos años.
El Mariscal de Zepita pasó luego a Cochabamba, donde permaneció un mes antes de
llegar a Chuquisaca. A su arribo promulgó, el 6 de julio de 1830, el decreto
que marcó el nacimiento de la que sería luego la Sociedad de Propietarios de
Yungas, la organización que manejó los destinos de la región yungueña hasta
1953, cuando se decreta la Reforma Agraria.
Esta organización reunía a todos los propietarios de las haciendas de la región
yungueña, era el verdadero poder local, tanto en lo político como en lo
económico. La Sociedad administraba la mayor parte del impuesto que se cobraba
a la coca que salía de la zona, el que era destinado principalmente a la
apertura y mantenimiento de los caminos, aunque luego pasó a la atención de
servicios tales como la salud y el agua potable.
La familia del Primer Mandatario era también propietaria de una hacienda
cocalera en lo que hoy se llama Coroico Viejo, en el municipio de Coroico. Es
decir, formaba también parte de la Sociedad de Propietarios de Yungas.
Unir Perú y Bolivia
Andrés de Santa Cruz y Calahumana fue presidente de Bolivia entre 1829 y 1839,
dos años antes de alcanzar la primera magistratura del país, fue también
presidente de la Junta de Gobierno del Perú. Su proyecto político más
importante fue la consolidación de la Confederación Perú-Boliviana, con la que
intentó unir a los dos países, como en las épocas en que ambos territorios eran
parte del Virreinato de Lima, durante la colonización española.
Nacido en la ciudad de La Paz, el 5 de diciembre de 1792, hijo del criollo
peruano José de Santa Cruz y Villavicencio y de Juana Basilia Calahumana, de
una rica familia mestiza, descendiente de los incas, que tenían para sí el
cacicazgo de Huarina, a orillas del Lago Titicaca.
Una de las apuestas de su gobierno fue el de la educación, además del
establecimiento de escuelas, fundó la universidades Mayor de San Andrés, de la
ciudad de La Paz, y la San Simón, de Cochabamba.
Viajó por todos los rincones del país, con el objetivo de enterarse
personalmente de las necesidades regionales y locales, pese a las dificultades
que –mucho más entonces- tenía Bolivia para unir sus distintas latitudes. Es
así que estuvo en lugares tan distintos como el puerto de Cobija, en el Océano
Pacífico, o la frontera con Argentina. Podemos imaginarlo con su caballo por
los difíciles caminos de herradura de la región yungueña, al mando de toda su
comitiva…
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