Por: Guillermo Mejillones Quispe. // Foto: Gustavo A. Navarro (Tristán Marof).
Entre los radicales de izquierda, el intelectual más destacado durante la
guerra del Chaco es sin lugar a duda: Tristán Marof. Sus ideas centrales se resumen
en una consigna tan breve como demoledora del viejo orden. “minas al Estado y
tierras a los indios”. Así quedaba claramente establecido el proyecto de
eliminar a la minería privada, a la “rosca” y a los regímenes oligárquicos no
democráticos. Desatado el conflicto entre Bolivia y el Paraguay, este personaje
se trasladó al norte argentino y –como señala Klein– desde Jujuiy y Tucumán
realizó una activa propaganda antibélica. La principal actividad de Marof en
ese tiempo, fue la de fomentar las deserciones entre soldados.
Al respecto, Tristan Marof sostenía que en la campaña del Chaco “habían sido
conducidos dos rebaños y no dos ejércitos”, “bolivianos y paraguayos
embrutecidos y sin esa claridad y lucidez de los pueblos que quieren salvarse”.
Ante esa actividad anti-guerrista de Marof, fue crítico de la guerra del Chaco
que enfrentó a Bolivia y Paraguay, que sacrificaron en una guerra absurda a
miles de indígenas aymaras, quechuas y guaraníes que convivían desde cientos de
años como pueblos hermanos. Marof era un intelectual marxista con prestigio a
escala internacional, que había publicado El ingenuo continente americano
(prologado por Barbusse) y La Justicia del Inca (1926). Logró hacer contactos
con organizaciones comunistas en Argentina que lo apoyaron plenamente.
Para Gustavo Navarro, el conflicto del Chaco se había desatado por intereses
extranjeros. Al respecto punteaba: “‘(…) que el desierto del Chaco se había
convertido en una trampa magnifica para matar miles de proletarios e ingenuos
patriotas’. De ahí que Marof, frente a la fuerza de los acontecimientos,
proclamaba la lucha contra la guerra para transformar a ésta en una revolución
de carácter social. ‘Luchamos por transformar la guerra al servicio del
imperialismo, en revolución con carácter social, que arrojaba cuatro siglos de
esclavitud que soportan el pueblo del Alto Perú, bajo diferentes regímenes:
Coloniaje y Colonia’”394. Marof no sólo planteaba que los soldados abandonaran
el frente de lucha, sino que éstos, constituidos por proletarios, estudiantes,
campesinos guiados por una vanguardia, consumaran una lucha de liberación
contra el estado Oligárquico-liberal, es decir, para Marof, ‘La Bolivia
Feudal’.
Según, Gerardo Irusta. El nombre de Tristán Marof, para los servicios de
inteligencia del Comando Superior de Bolivia de esa época llegó a tener una
importancia muy grande y estos empezaron a investigar sus actividades llegando
a la conclusión de que “estaba influenciado por potencias extranjeras” y que
concretamente estaba vinculado a círculos [argentinos y] chilenos que le
respaldaban económicamente sus actividades. Este criterio de los servicios de
inteligencia bolivianos correspondientes al Ejército durante la guerra del
Chaco fue inamovible y se le atribuyó (a Marof) ser el mentor de una serie de
acciones que perseguían dos objetivos:
1) Sublevar al campesino bajo tesis socialista que aparentemente fueron
propaladas con fuerza por grupos estudiantiles y universitarios de izquierda.
Las tesis centrales giraban en torno de la consigna Tierra y Libertad,
incluyendo la Reforma Agraria y la Nacionalización de las minas. A este
respecto los servicios de inteligencia tienen una nómina de esos, entonces,
destacados jóvenes intelectuales de izquierda a quienes se atribuye haber sido
autores de panfletos y documentos de amplia difusión entre grupos de agitadores
en el campo. Estos jóvenes eran fundamentalmente estudiantes de la Universidad
Mayor de San Andrés.
2) Intensificó una campaña antibelicista iniciando a las masas campesinas a
resistirse al reclutamiento militar y luego evitar ser enviados a las filas del
Ejército en campaña.
¿Pero, por qué constituía el comunismo constituye una amenaza para el Estado en
guerra? Como se había dado en los países europeos los cuales confrontaron
hechos bélicos, la amenaza comunista fue un gran problema que desestructura
diferentes estados en su interior. Por ello, esta constituía en un movimiento
desestabilizante en el interior del Estado boliviano. Se había hecho al
llamamiento a las diferentes categorías para acudir a la guerra. Cuando este
debe mostrar unidad y orden contra el enemigo externo. El problema interno
desestabiliza y afecta en gran medida el desarrollo de la campaña. Similar
situación sucedió en el Paraguay no con tanta intensidad como en Bolivia. La
insignia comunista (o izquierdista) en las principales urbes de Bolivia sirvió
para propagar el discurso de no ir a la guerra. Sumado a esto los
levantamientos indígenas por cuestiones de la tierra afectaron cuestiones muy
básicas como el reclutamiento de tropas.
A raíz de los serios indicios de la actividad comunista, se había comisionado
la misión al Agente N°4, quien se había convertido en un agente encubierto.
Este fingió ser de ideas avanzadas primero ante el comunista paraguayo teniente
2° Centurión, logrando luego hacer contacto con dirigentes comunistas
bolivianos Tristan Marof y Roberto Hinojosa. El agente Nº4 luego de entrar en
confianza con Marof e Hinojosa tuvo reuniones secretas. El agente destaca que
estos comunistas tomaron las severas precauciones conduciéndolos con dos
personas que se cambian cada vez, por otras desconocidas. Lo que muestra, la
seriedad de la organización para evitar cualquier incidente con agentes del
contraespionaje boliviano.
Según la apreciación del agente N°4: “Marof parece el Jefe de este grupo de
comunistas, Hinojosa también tiene gran preponderancia. Están en constante
comunicación con varias ciudades de Bolivia como La Paz, Cochabamba, Sucre,
Potosí, Oruro, Tarija y Santa Cruz. Ejercen influencia en los centros mineros y
ferroviarios. Hacen una activa propaganda entre los indios, ante quienes tienen
delegados y circula también el sistema de ‘células’, sistema que agrupa en cada
célula a 10 hombres que obedecen a directivas especiales. Su prédica constante,
y su propaganda en la raza india es tesonera y hábilmente ejercida,
halagándolos con esta tentadora promesa.- ‘Las tierras para el indio. Las minas
para el Estado. Todo debe repetirse entre todos. No habrá dueños, ni patrones y
para conseguirse todo esto debe obrar la dinamita y el incendio…’”. El programa
revolucionario de los comunistas era radical y extremista por el tema de la
guerra.
Los informes y advertencias iban llegando ante autoridades nacionales, el
agente Nº4 respecto a los indígenas decía: “(…) se trabaja asiduamente para
promover un gran alzamiento de indios en La Paz, ofreciéndoles el saqueo y el
rodo. Lo mismo en Cochabamba, Oruro y Potosí. En La Paz tienen agentes, entre
ellos un ex–diputado paceño que está en activa correspondencia con Maroff e
Hinojosa”. Desde Santiago el 30 de enero de 1934 el Sr. Caaputo en su informe
advertía; “que agentes comunismo Waldemar Wrolizy, que nuevo levantamiento
general de indios se producirá entre fines febrero y marzo [1934], que hay
actividad comunista en ejército boliviano; que desastres últimos se deben a
descubrimiento por Paraguay nuestra clave.- atribuye traición a dos espías
alemanes.- insinuó solución urgente a nuestro 23”400. Las advertencias como
estas en muchos casos fueron muy complejas atender para el Comando Superior y
Supremo Gobierno, puesto que, no se sabía con exactitud dónde iba estallar los
levantamientos indígenas. Solo se tenía el dato que iba existir el
levantamiento indígena, empero, fue difícil en esta etapa prever los hechos ya
que los comunistas se movían hábilmente sin dejar rastros que los inculpe.
Hasta 1935 fue complejo encontrar la relación de los levantamientos indígenas
del altiplano y los posibles nexos con los comunistas.
Con base en los informes semanales de la Sección II-A., del Estado Mayor
Auxiliar se pudo conocer gracias a los agentes confidenciales que: “Los
comunistas bolivianos como Maroff, Hinojosa etc. tienen una imprenta donde
hacen todos sus trabajos de propaganda comunista. También han hecho imprimir
pasaportes falsos para los viajeros que vayan a Bolivia. Se valen de toda clase
de claves y sistemas de comunicación para entenderse y ponerse en contacto. Así
mismo cuentan con dinero, y con toda clase de recursos. Se ayudan solícitamente
en caso de enfermedad y necesidades urgentes. Se proporcionan todo y prestan
toda clase de ayuda y beneficios”. La organización comunista se destacó por sus
enlaces y mega coordinación en el interior y exterior de la República, sus
agentes procedían con una dinámica y hábil colaboración en sus diferentes
grupos.
Una carta retenida por la Censura de correspondencia, nos devela como Tristán
Maroff, instruye intensificar la propaganda insidiosa desde el exterior.
“Se ha detenido una carta procedente de Córdova y dirigida a Tacna (Perú). El
destinatario es el señor Donato Gonzales, firma la carta T.M., iniciales
correspondientes a Tristán Maroff (Gustavo Navarro) el conocido agitador
comunista: ‘Mi querido compañero.- En correo ordinario le envió un paquete con
proclamas, rogándole me acuse recibo inmediatamente por avión. Si usted ingresa
a La Paz, sírvase de todos los recursos para introducirlas. Confió en su
perspicacia y en su audacia. Inútil habla de su lealtad que ya le conozco. Pero
lo importante es que circulen las proclamas en Bolivia, por todos los
confines.- Ya salió mi libro y está en venta en los kioskos. Seguramente la
agencia de ese país recibirá… Yo no tengo ningún ejemplar por eso no le envió.
Así que tenga, lo hare con el mayor gusto.- Espero que usted en comunicación con
Aguirre. En el otro mes tendremos un Congreso. Ya le avisare. No puede tener
idea como su trabajo nos será provechoso. Los acontecimientos se resolverán a
nuestro favor, siempre que todos pongamos el mayor esfuerzo y sacrificio. Si le
escribe a Cerruto, adviértale que un pintor Malanca que usted debe conocer esta
intrigado. Este hombre, es empleado del partido demócrata, teóricamente, nada
tiene que hacer con nosotros. Sé que Cerruto se encuentra en Santiago de Chile.
Les es fácil averiguar su dirección por intermedio del Consulado.- Es
lamentable que esas intrigas nos desvíen de nuestras ocupaciones y pretendan
molestarnos. Nosotros estamos por encima de estos caraj… de café. Nosotros
trabajamos seriamente por la revolución sudamericana.- Cualquier noticia suya,
especialmente si va a Bolivia, me será enormemente provechosa. Si es muy
importante, empleo el correo aéreo. Mi dirección es la misma.- Ituzaingo 185.-
Córdoba.- Argentina.- Un fuerte abrazo querido Donato, y a la obra. Espero
mucho de usted y de sus compañeros.- (Fdo.) T.M.- Córdoba 24 de enero de 1935’.
Se han dado órdenes para una estricta vigilancia”( ALP.FTS. Expediente N°71,
“Documentos Reservados I, noviembre 1934- abril 1935”, Informe Semanal).
Las reparticiones autorizadas del Estado habían intensificado agresivamente la
censura, sin embargo, los comunistas burlaron las medidas y la vigilancia en
los puestos de control en las fronteras y en el interior de la República. El
Informe Semanal N°34 de la Sección II-A., fechado el 7 de diciembre de 1934
decía sobre el tema: “Como ya lo hemos dicho, se valen de los empleados y
camareros de los ferrocarriles para hacer pasar la correspondencia clandestina.
Los rusos y turcos que viajan constantemente a Bolivia, muchos de los cuales
han hecho ya su agosto y se han introducido en el comercio, desalojado a otros
comerciantes, con su método ruin y sui generis, son los agentes principales de
los comunistas, puesto que ellos lo son también. Toda esta gente entrega su
correspondencia o lo que tenga necesidad de reserva para que no sea revisado, y
ya de acuerdo con los camareros, lo entregan todo a ellos y lo retiran después
que ha pasado la revisión y el peligro”. En consecuencia, las recomendaciones
continuaron a las reparticiones reservadas Estado para intensificar la censura.
El Informe Semanal N°44 de fecha 15 de febrero de 1935, refería a la “carta de
Tristan Maroff, detenida en su tránsito y de la que se hizo mención en el
anterior informe, se abrió la valija correspondiente y se encontró los volantes
de la propaganda que anunciaba Maroff en su referida correspondencia. Todos
estos volantes fueron secuestrados. Se incluye un ejemplar para el conocimiento
de las autoridades superiores”. Pese a las medidas tomadas para contrarrestar
la propaganda insidiosa, los comunistas se daban modos y no fue óbice para
ellos continuar su propaganda.
En las principales urbes del país circulo una proclama que dejó mucho que
decir. Esta fue sin duda la “Proclama al Ejercito” por el “Grupo Túpac Amaru y
la Izquierda Boliviana”. La proclama está dirigida a los soldados, clases,
sub-oficiales, oficiales de reserva y población en general. Su consigna se
resume en “Petróleo y minas al Estado obrero”, “Tierras al pueblo”, su discurso
expresaba “Abajo los burgueses uniformados” y finalmente “Viva los comités de
tropas”. Su contenido y arengas se desglosan en diez consignas reivindicativas.
El 3 de febrero de 1935, apareció pegado en los muros del edificio de correos
en la ciudad de La Paz, algunos volantes de propaganda comunista procedente de
la Argentina y que llevaban el sello del Comité de Agitación de Avellaneda
(Provincia Argentina). Estos volantes incitaban a las clases trabajadoras a
resistirse en toda colaboración a la guerra, recurriendo a la huelga,
especialmente en las actividades que se relacionaran con la clase armada.
Consecuente al desenlace de la campaña bélica, “De otro lado, la propaganda
comunista se ha intensificado mucho en los últimos tiempos y ha comprometido –
según se cree – una o más acciones de armas en favor del enemigo. Los
dirigentes izquierdistas están ramificados dentro y fuera del país y los hay
hasta dentro del Ejército combatiente, preparado sendos programas para
post-guerra, como vera Ud. por el adjunto boletín”. Autoridades nacionales
inmediatamente comisiono a un grupo de ciudadanos quienes se encargaron de
limpiar la publicación insidiosa en las calles.
Luego de un análisis hecho por los agentes, se concluyó que volantes no habían
ingresado al país por correo, pues, se lleva un control severísimo y riguroso
de toda la correspondencia procedente del exterior sobre todo de la Argentina.
“Se pensó que estos volantes hubieran sido introducidos por personas
particulares o que venían en la correspondencia en tránsito, siendo extraídos
de las valijas. Se ordenó la apertura de estas valijas, sin dejar huellas de la
violación, y se ha conseguido un indicio que puede dar la clave de las
actividades comunistas”. Se criticó la falta de vigilancia en las calles de
parte de las autoridades Policía a quienes está especialmente encomendada la
represión de toda actividad comunista.
Siguiendo el documento reservado dirigido al Presidente de la República José
Luis Tejada Sorzano, fechado en Buenos Aires, el 16 de julio de 1935. Un
agente, logró obtener información por medio de un miembro ligado al grupo
comunista de Tristán Marof. Se conoció que el grupo presidido por Marof, se
hallaba en activo e intenso movimiento en la zona fronteriza de La Quiaca y
este compuesto en su mayoría por bolivianos. Estos habían logrado concentrar en
Jujuy y La Quiaca cantidades apreciables de armas obtenidas de los desertores,
el armamento tenía un fin revolucionario.
El objetivo político trazado por los comunistas en diciembre de 1934 se
resumían en las siguientes líneas: “Nuestro objetivo fundamental es la caída
del gobierno, la destrucción de los partidos tradicionales y el exterminio de
jefes y oficiales del Ejército para después acabar con la burguesía…”. En
consecuencia, “El plan seria pues invadir a Bolivia, tanto por la frontera
Argentina como por el Pacífico; Antofagasta, Arica y Mollendo, por grupos de
comunistas argentinos, chilenos, uruguayos, bolivianos, paraguayos y
extranjeros, los que estarían alerta en las fronteras hasta que estalle el
movimiento que se proyectó en gran escala, a base de motines en el ejército de
Bolivia. También tratan de hacer lo mismo en las filas paraguayas. La
imprevista caída de Salamanca había cambiado los objetivos comunistas más
adelante.
A medida del desarrollo de la guerra y su contexto, para julio de 1935,
cambiaría el plan y se desglosaba en las siguientes líneas:
“El plan general, consiste en atacar simultáneamente por Santa Cruz y La
Quiaca. Fuera del contingente propio, cuentan con el apoyo de una considerable
parte de nuestro Ejército, entre varios jefes y oficiales. Se dice también que
cuentan con el apoyo de los trabajadores de las salitreras y posiblemente con
dirigentes del partido Nacionalista. En el Paraguay es intenso el trabajo
comunista, pero es posible que no tenga mayores consecuencias mientras no se
produzcan los sucesos en Bolivia”( ALP.FTS. Expediente N°72, “Documentos
Reservados, mayo 1935”, Documentos Reservado, Asunto: Comunismo, fechado en
Buenos Aires, 16 de julio de 1935).
El Secretario del Directorio de los Soviet de Rusia, viajó a la frontera de La
Quiaca, y a su regreso había manifestado que se encuentra el asunto en manos
del Ejército y no estima favorable a sus planes, porque una vez producidos los
acontecimientos, podrían desaparecer la injerencia comunista. En tal virtud,
puede que no presten su ayuda al grupo Marof. En advertencia del agente secreto
respecto al movimiento del grupo de Marof en la frontera, autoridades locales
estaban advertidas para evitar o sofocar movimientos con contingentes de
policía y también fuerzas del Ejército, al mismo tiempo se pidió la captura de
los cabecillas que se mantenían en territorio extranjero. Luego se masificó el
control riguroso en la frontera con Argentina y Puerto Suárez. Finalmente, este
movimiento no próspero y fue desvaneciendo por diversas causas.
Tras la finalización de la guerra, Tristán Marof no ahorró críticas a la paz y
anticipó algunos de los debates de la posguerra: “No hay tal paz, lo que hay es
CAPITULACIÓN. Bolivia de rodillas acepta todo, aceptará todo. Las condiciones
son lamentables. (…) No hay tal paz. Hay agotamiento, cansancio, amotinamiento
de las tropas que se niegan a combatir. El hambre, la miseria y la ineptitud de
los Comandos han impuesto la paz (…) Brasil ha levantado la mano cuando Estigarribia
se dirigía al Oriente boliviano y la cancillería paraguaya soñaba con la
independencia del rico departamento de Santa Cruz. Por el instante, Brasil
presionado por su delicadísima situación interna no puede lanzarse a ninguna
aventura guerrera. ¡Esta es la paz que se festeja con champaña, tedeums y
oliendo a sangre y petróleo! ¡Hermosa paz de cuervos, hienas y empresarios
(Marof ‘La paz del Chaco’ 12, mayúsculas en el original)” (Pablo Stefanoni,
“‘Guerra a la guerra’: comunismo, antiimperialismo y reformismo universitario
durante la contienda del Chaco”, 2014, p.41).
Cuando se dictó el cese de hostilidades en julio de 1935, las autoridades
nacionales analizaron el caso de los bolivianos exiliados en los diferentes
países que deseaban regresar a Bolivia, su ingreso fue regulado al más alto
nivel, por ser considerados de alta peligrosidad para el orden interno de la
República.
En consideración de los Decretos Supremos del 5 de junio y 24 de julio de 1935,
era atribución exclusiva de la Sección II del Estado Mayor, conceder o negar
permiso para el ingreso de extranjeros así como de connacionales al país. La
decisión del ingreso de personas las emitía esa repartición. Sin embargo, la
Sección II, mediante pliego informativo pone en consideración al primer
mandatario el ingreso al país de los izquierdistas considerados de alta
peligrosidad como: José Aguirre Gainsborg. El gobierno negó en primera
instancia su ingreso al país de este izquierdista. La labor de esta atribución privativa,
se presentan repetidas ocasiones en que otras autoridades superiores otorgan
permiso neutralizando y hasta desvirtuando la eficacia de la Sección II., sin
relevarla, empero de sus responsabilidades.
Conforme a la carta N°937/35, fechado el 30 de octubre de 1935, se informaba
sobre el ingreso a Bolivia de manera clandestina de José Aguirre Gainsborg.
“Por el informe podrá apreciar V.E., que Aguirre Gainsborg, al ingresar al
Bolivia sin la autorización del Estado Mayor, trajo una misión de fines revolucionarios,
encomendada por la Cuarta Internacional comunista, a la que pertenece como
miembro principal de la fracción izquierdista boliviana, entre los puntos
principales de las instrucciones, se contempla: la preparación y capacitación
de todos los obreros que, simpaticen con la doctrina comunista Troskista, cuya
propaganda, lograra sus fines, principalmente entre los ex – combatientes
desmovilizados del Chaco, clase obrera. Por todo lo expuesto, Aguirre Gainsborg
es un elemento peligroso para el país” (ALP.FTS. Expediente N°72, “Documentos
Reservados II, mayo 1935”, Estado Mayor General, Sección II, No.937-35, Objeto:
Informaciones sobre J. Aguirre Gainsborg, La Paz, 30 de octubre de 1935dirigida
al presidente José Luis Tejada Sorzano firmada por el Jefe del Estado Mayor
General Cnel. David Toro).
La Sección II., tenía la ardua labor de llevar la vigilancia a estas personas
consideradas peligros fuera de las fronteras, pero gracias a la colaboración de
muchos ciudadanos bolivianos algunos personales supieron burlar estos controles
en las fronteras e ingresaron al país, sin embargo la Sección II no les perdió
la vista.
Otro de los personajes más destacados fue Gustavo Navarro (Tristán Marof), el
Dr. Tomas Manuel Elio en correspondencia epistolar fechado en Buenos Aires, el
7 de enero de 1936 dirigida al Presidente José Luis Tejada Sorzano, le
expresaba: “recibí aprobación a los acuerdos cambiados con don Gustavo
Navarro”. Para su alejamiento de este continente a Europa. El Ministerio de
Hacienda era el encargado de entregar los fondos necesarios por medio de
nuestro Cónsul en Bélgica para efectivizar el convenio. Con esa medida se había
logrado alejar momentáneamente un una personalidad que tuvo su preponderancia
durante la guerra.
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