Once calles rodean la espaciosa Plaza de Armas, poquísimas edificaciones
públicas, una Catedral que lo más grande que ostenta es su nombre, algunas
casas de tejas y otras más numerosas de motacú y canaletas de palma. El
denominador común de todas es el referido a lo reducido de sus tamaños y la
falta absoluta de comodidades. Como dijo el Gobernador Viedma, a pesar de tener
más de dos siglos, es un pueblo en sus comienzos. (Francisco Viedma,
Descripción geográfica y estadística de la provincia de Santa Cruz de la
Sierra, Cochabamba, Los Amigos del Libro, 1969).
La actividad económica y social no era mayor; bastaban 8 soldados para proteger
y mantener la autoridad del Rey. En tiempos de los Jesuitas, era camino
obligado hacia las Misiones de Moxos y Chiquitos de donde salían productos para
el mercado serrano; después, sin una producción estable, algunos llenaban
pailas de azúcar morena y conservaban el ganado para el trueque de utensilios o
telas. En medio de tantas modestias económicas, no eran frecuentes las noticias
del mundo, y si, muchas las necesidades.
“La población de todo el curato se compone de 4.303 españoles, 1.376 mestizos,
2.638 cholos, 2.111 indios y 150 negros, entre esclavos y libres, de los que
desertan de los dominios de Portugal, cuyo total supera las 10.672 almas”.
Fuente: Andrés Ibáñez, un caudillo para el siglo XXI. De: Carlos Hugo Molina
Saucedo.
Grabado: Vestimenta en Santa Cruz de la Sierra según d'Orbigny - primeros años de la república.
Grabado: Vestimenta en Santa Cruz de la Sierra según d'Orbigny - primeros años de la república.
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