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LOS ORÍGENES DE UNA RELACIÓN DIPLOMÁTICA FRATERNAL ENTRE BOLIVIA Y FRANCIA

Por: José E. Pradel B. / Nuevos Horizontes, 18 de Abril de 2017.

Tras la Independencia de Bolivia, el comercio colonial es-pañol se desintegró y fue una oportunidad para que diversos mercaderes europeos, especialmente británicos y franceses conquistaran el pequeño mercado de la naciente República. Aunque no se puede contar con información precisa de una fecha específica y de la cantidad de franceses que llegaron a nuestro país por primera vez, podemos citar, el informe del Gobernador de Puerto La Mar o Cobija Manuel Anaya, datado el 25 de noviembre de 1829, que indica la presencia de 8 varones franceses1, como habitantes de dicho puerto.
También para dar una idea del tráfico comercial es necesario mencionar que se encuentran registrados los barcos franceses en las entradas y salidas del Puerto La Mar: el bergantín ‘Correo del Burdeos’ (noviembre de 1829); la fragata ‘Joven Clemencia’ (noviembre de 1829); la fragata ‘Constelación’ (enero de 1830); los bergantines ‘Henriette’, ‘Josefina’, ‘Victorina’ y la fragata ‘Nueva Dorodona’ (marzo de 1830), entre otros.
En este panorama, poco a poco se iba estableciendo la población francesa y el 26 de mayo de 1831, mediante una nota oficial el capitán de navío Henrry Villeneuve, comandante del bergantín de guerra francés ‘Nisus’ a nombre del Rey invitó al Gobierno del mariscal Andrés de Santa Cruz a suscribir un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación: “…descansado sobre el principio de la más exacta reciprocidad y sobre las convinaciones, que de una y otra parte se juzgen más ventajosas á los dos países, será sin duda la prenda de relaciones amigables y duraderas. Este es el sincero deseo del Gobierno Francés y de su parte el Gobierno Boliviano ha manifestado desde largo tiempo iguales deseos…” 2. De esta manera, en el citado documento igualmente incitó al gobierno boliviano: “…para que envié á París un negociador con poderes necesarios para tratar con la Francia, sobre las bases indicadas, y realizar así las intenciones de ambos…” 3.
Con el mismo ánimo de fraternidad, el Canciller Mariano Enrique Calvo, respondió el 18 de junio del citado año: “…que habiendo reconocido aquel Gobierno como principio la independencia de la Nación Boliviana, está dispuesto a concluir con ella un tratado de amistad, de comercio y de navegación, que reposa sobre la base de la más perfecta reciprocidad; que para el efecto se constituya de parte de esta República un negociador, en París, investido de los poderes necesarios…” 4. Paralelamente, el gobierno francés nombró a Mr. Heubert, como Vicecónsul residente en las costas bolivianas.
Un año después, el 22 de agosto de 1832, el Cónsul General de Francia en Chile A. L. Ragueneau De la Chainaye, reafirmó el compromiso de su país, al de-clarar: “…hacemos votos mui sinceros por la prosperidad de ese Estado, y por la del hábil jefe que le gobierna; que su enviado será acojido por nosotros del modo más amistoso, y que nos encontrará animados de todo el espíritu de conciliación y lealtad que dirige la política del gobierno del Rei, al mis-mo tiempo que penetrados de estimación por el carácter y las grandes cualidades del Presidente de Bolivia…” 5.
Unos días más tarde, fue nombrado Ministro Pleni-potenciario en Francia el político Casimiro Olañeta, quien demostró su desacuerdo a los planes de organización de la Confede-ración planteada por el presidente Santa Cruz. Desterrado honoríficamente a Europa6, Olañeta suscribió a nombre de nuestro país y en representación del ‘Rey de los franceses’ Luis Felipe I, Henrique Buchet Martigny, el ‘Tratado de Amistad, Comercio y Navegación’ 7, el 5 de octubre de 1833, en París.
Cinco días después, el citado diplomático boliviano informó sus observaciones sobre los artículos relacionados al libre ejercicio de la navegación marítima y la concesión comercial en detalle otorgado a los ciudadanos franceses, prohibido en ese entonces a todo extranjero. En ese sentido, Olañeta anunció la no ratificación de este Tratado por el Congreso Boliviano, sobre ello escribió: “…en fin, yo he convenido con la condición indispensable de que el Señor Martigny lleve instrucciones para el caso de una negativa del Cuerpo Legislativo. De esta manera que da salvado mi responsabilidad en una distancia que es absolutamente imposible consultar al Gobierno…” 8.
Consecutivamente, el 26 de octubre de 1834 el periódico ‘El Iris de La Paz’, publicó la primera parte del ‘Informe de la Comisión de Casos Extraordinarios acerca de los Tratados con la Nación Francesa’, elaborado por una delegación congresal, también se informó la llegada del primer diplomático francés residente en nuestro país, Claudio Justo Enrique Buchet Martigny y su presentación de Cartas Credenciales realizada el 1° de dicho mes, como Cónsul General y Encargado de Negocios del Rey de los Franceses cerca del Gobierno de Bolivia. Por otro lado, en la segunda parte de dicho informe la citada comisión dictaminó: “…rechazar todo el tratado y negociar otro, é aprobar artículos justos por su reciprocidad, y negar los que carezcan de esta calidad, pero negociar otro en su lugar…” 9.
De esta manera, el jurisconsulto José Mariano Serrano, negoció y fir-mó en nombre de nuestro país junto al diplomático francés Buchet Martigny, el segundo ‘Tratado de Amistad, Comercio y Navegación’ 10, el 9 de diciembre de 1834, en Chuquisaca. También mediante este Instrumento Internacional se formalizaron las relaciones diplomáticas entre ambos países. El mismo fue ratificado y promulgado el siguiente día de su suscripción y fue denunciado por Ley del 19 de octubre de 1844.
1 Ver al respecto, el periódico El Iris de La Paz, 9 de enero de 1830, p. 3.
2 El Iris de La Paz, 26 de junio de 1831, p. 1.
3 El Iris de La Paz, 26 de junio de 1831, p. 1.
4 El Iris de La Paz, 26 de junio de 1831, p. 2.
5 El Iris de La Paz, 4 de noviembre de 1832, p. 1.
6 Sobre este aspecto Olañeta escribió, muchos años después: “Por fortuna se hallaba en Chuquisaca un arjentino, íntimo amigo mío desde la infancia, siempre notable en sus sentimientos, bizarro en sus acciones caballerescas, y honrado hasta la nimiedad de la delicadeza. Me sirvió de ángel tutelar, é influyendo en el ánimo del Jeneral Santa Cruz, pudo cambiar en mi favor la mansión de los semisalvajes con un destierro honorifico á Europa”. OLAÑETA, Casimiro: Obras de Casimiro Olañeta. Colección de sus mejores y más importantes folletos publicados con una introducción por Manuel Campero, Tipografía Colón, Sucre, 1877, p. 5.
7 Este Instrumento Internacional fue reproducido en El Iris de La Paz, 24 y 27 de julio, 17 de agosto, 7 septiembre y 21 de septiembre de 1834.
8 Archivo Histórico de Tratados y Memoria Institucional de las Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, Francia; 2- Notas de remisión de Tratado de Amistad, entre Bolivia y Francia, París, el 10 de octubre de 1833, f. 16.
9 El Iris de La Paz, 30 de octubre de 1834, p. 2.
10 Este Instrumento Internacional fue reproducido por: GUTIÉRREZ, José Rosendo: Colección de Tratados i Convenciones celebrados por la República de Bolivia con los Estados Estranjeros, Tomo I, Imprenta de ‘El Independiente’, Santiago, 1869, pp. 62-74.

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