El general René Barrientos Ortuño había acompañado como
candidato vicepresidencial al abogado Víctor Paz Estenssoro en las elecciones
nacionales bolivianas del año 1964.
Habiendo triunfado su partido, el Movimiento Nacionalista
Revolucionario, ambos asumieron sus mandatos en Agosto de 1964.
Pero el 4 de noviembre de ese mismo año, el vicepresidente
Barrientos, con apoyomilitar y una facción de campesinos destituyó a Paz
Estenssoro capturando la Presidencia y exiliándolo al Perú. Así iniciaría su
Revolución Restauradora, cogobernando con su amigo el general Alfredo Ovando
Candia, Comandante General del Ejército, mientras él fungía como máximo Jefe
Supremo de las fuerzas Armadas Bolivianas.
Se decía que el “pacto de caballeros” que posibilitó el
Golpe de Estado consistía en que Barrientos completara la gestión presidencial
de 4 años, hasta 1968, y luego se haría elegir como nuevo gobernante a Ovando.
Ello no ocurrió ya que Barrientos, a pesar de gobernar con su populismo en una
mano y su dureza hacia sus opositores en la otra, se volvió a postular y ganó
las elecciones de 1968, postergando las aspiraciones de Ovando y dañando sus
buenas relaciones con los militares bolivianos.
Es que Barrientos, además, gozaba del abierto apoyo del
gobierno estadounidense debido a que en 1967 había logrado lo que parecía
imposible y otros no pudieron: dar caza y muerte a Ernesto “Ché” Guevara, quien
trató vanamente de hacer prosperar un foco guerrillero en las selvas centrales
del país. Esa “hazaña” –que no la fue tanto por la táctica desprolija del Ché,
a pesar de su fama casi legendaria–, su clara alineación al modelo geopolítico
estadounidense, más su popularidad “a lo “Omar Torrijos” entre gran parte del
campesinado y cierta clase media, facilitaron su reelección.
Asumido el poder, Barrientos alivió su tensión con la clase
militar boliviana con nombramientos ministeriales y diplomáticos. Ovando fue el
más mimado, a pesar de que este último, de tendencia “izquierdista”, no quedó
del todo satisfecho, hasta el extremo de que se la oía insinuar que en algún
caso “no dudaría en irse a las montañas”, sugiriendo “imitar” la iniciativa del
Ché.
Hacia fines de 1968 y principios de 1969 el clima político
boliviano lucía enrarecido y tenso. Se comenzó a hablar de filtraciones
informativas sobre tráfico secreto y contrabando de armas principalmente
europeas hacia Israel, dirigidas por el propio Barrientos. La prensa comenzó a
difundir estos y otros rumores, cuando luego un connotado dirigente campesino
de Cochabamba, de apellido Soliz, fue violentamente victimado sin motivo
aparente. Mucho después, algunos periodistas siguieron es mismo destino.
Fue en medio de ese clima que René Barrientos Ortuño, fiel a
su costumbre, viajaba pilotando su propio helicóptero por las regiones rurales
del país, cuando un día de fines de abril de 1969 se estrelló luego de visitar
la localidad de Arque, departamento de Cochabamba, muriendo él y sus tres
acompañantes.
La versión oficial fue que accidentalmente las aspas del
helicóptero de Barrientos se enredaron en unos cables de alta tensión que
cruzaban a cierta altura de un lado a otro de la quebrada profunda en que está
Arque. Sin embargo, tiempo después, testigos del lugar relataban haber oído
disparos el momento del accidente.
Ante la creciente susceptibilidad de la opinión pública, y
las conexiones que se comenzaron a atribuir entre los asesinatos del dirigente
campesino y los periodistas con el supuesto contrabando de armas, más el
posible asesinato de Barrientos, motivaron que en 1971 se organizara una
Comisión Investigadora ante la que se presentó el súbdito alemán Richard Heber,
afirmando conocer a detalle los aspectos ignorados y oscuros de toda la
historia.
En relación a este caso, el periódico boliviano “Hoy”, en su
anuario de diciembre de 1971, publicó una noticia con una síntesis de las
declaraciones de Richard Heber, bajo el título “Crímenes: Sociedad Anónima”.
Las declaraciones de Heber, luego, no fueron confirmadas ni
desmentidas por la Comisión Investigadora que, dicho sea de paso, terminó
divagando en sus averiguaciones y se disolvió por inactividad (talvez
negligente, talvez intencionada) de sus componentes.
Por su interés para cualquier otra averiguación o análisis
sobre este pasaje de la historia boliviana, se recupera y presenta dichas
declaraciones del súbdito alemán Richard Heber, tal como fueron publicadas por
el medio de prensa citado:
CRÍMENES: SOCIEDAD ANÓNIMA.
Heber: Primer protagonista a través de su declaración.
Justo el año en que se produjo el bárbaro asesinato de los
esposos Alexander (14 de marzo de 1971), se encendió el detonante destinado al
esclarecimiento de este y otros hechos ocurridos misteriosamente en el país.
Fue una publicación que sugería ciertas evidencias que
señalaban los posibles móviles de una cadena de crímenes, descritos en sus
presuntos entretelones, por el súbdito alemán Richard Heber.
La opinión pública nacional e internacional se sobrecogió
con las revelaciones y de paso se reabrieron las puertas de las investigaciones
que hasta entonces habían quedado clausuradas y casi en el olvido.
PRIMER ACTO.
Intempestivamente, Heber pasó a ocupar el sitial de primer
protagonista de aquel singular proceso que se inició con su declaración
voluntaria que fue grabada en cinta magnetofónica y luego suscrito por el mismo
declarante en un documento hecho ante testigos y Notario Público, prestada dos
días antes de su publicación (12 de marzo) en el periódico "Hoy".
TRÁFICO DE ARMAS.
El móvil original y único detectado por Heber gira sobre el
Tráfico de Armas y los secretos que aquel hecho encerraba, por cuyas consecuencias
se provocaron los asesinatos que marcharon de vergüenza el nombre del país
(Bolivia).
Evocando ese testimonio, se puede desprender en pocos trazos
los siguientes aspectos: "En 1967 se hizo un negocio redondo de tráfico de
armas por parte de un grupo principal de seis personas y otros secundarios.
Entre los primeros se indica a Barrientos, Ovando, David la Fuente y Valencia,
Vázquez Sempértegui y Ayala (posiblemente). Las armas son de origen europeo,
principalmente de la industria belga y española, destinadas a Israel.
Intervinieron en la negociación directa el presidente Barrientos y el dirigente
(campesino) Jorge Soliz, quienes recibieron 5 millones de dólares (25% del
total que era 50 millones de dólares).
El primer embarque se realizó alrededor de marzo, de España
a Israel. Hubo complicidad de la CIA, organización que proporcionó los datos al
periodista Otero Calderón, tres días después de la muerte de Barrientos. En
este tiempo la CIA (ya) sabía quién había matado a Barrientos. No ha sido
accidente ni nada. Y fue matado por una metralleta de 9 milímetros de balas
(?). El autor intelectual de la muerte de Barrientos fue Ovando. Los asesinos
son del (mismo) grupo de la guardia de Barrientos. El hombre que disparó al
helicóptero se llama Faustino Rico Toro. Otros tres vigilaban.
Alfonso Lino y Roberto Aliaga son los responsables de las
muertes de Otero Calderón, Soliz y los esposos Alexander.
Los actos terroristas y los crímenes desde Barrientos hasta
los esposos Alexander se produjeron como consecuencia del pánico que existía
entre los culpables intelectuales y materiales ante el temor de ser
descubiertos en el negociado de armas. Nadie sabía en poder de quién estaba en
secreto. Se supone que horas antes de ser victimado Otero Calderón, éste se
habría comunicado telefónicamente con el señor Alexander para anunciar de la
posesión del secreto. Lino y Aliaga le hicieron hablar a Otero y luego le
comunicaron de parte de Ovando, quien dio la orden de detención de Alexander a
través de Alberto Saavedra Omiste, sobrino de la esposa de Ovando y de Justo
Loayza, hijo de Rafael Loayza. Están involucrados David y Reynaldo Fernández.
Todos los nombres de los sindicados los he conocido a través de los Fernández.
Las investigaciones que estaban a cargo de Quintanilla
fueron suspendidas por orden de Ovando.
Con relación a la bomba entregada en la casa de los esposos
Alexander debo decir que el único que conoce perfectamente y que ha sido
entrenado para tal efecto es el mayor Sánchez (se refiere a David Sánchez,
militar de graduación media en ese entonces). El que dio la orden de ejecución
fue el coronel Ayoroa, por encargo de Ovando.
Parte de esta información la conseguí de los
"files" del Ministerio de Gobierno (dijo Heber).
Toda esta relación está transcrita en forma textual de las
declaraciones de Heber, y que cualquier ciudadano puede verificarla, remitiéndose
a lo publicado en todos los órganos de prensa en fecha de 21 de marzo de 1971.
OTRA DECLARACIÓN.
En partes salientes expresa más o menos lo siguiente: El
Ministro del Interior tenía evidencia del negociado de armas?
Yo creo que siempre, llegamos a la evidencia aunque no está
comprobado, por muchas razones yo creo que es evidente. Barrientos quería
declararse dictador.
En qué época?
Cuatro meses antes de su muerte. Para ello tenía que
eliminar físicamente a Ovando.
Para eso creo FURMOD (grupo especializado en operaciones
secretas a orden del gobierno). El primero de mayo (de 1969) tenía que
declararse dictador. Seguramente llegó (la noticia) a oídos de Ovando y él
decidió eliminar a Barrientos.
Ustedes sabían qué personas actuaron en el (asesinato del)
general Barrientos?
Yo les voy a decir ahora, se trata del capitán que era
Ayudante General de Ovando, es el capitán Faustino Rico Toro.
De qué manera llegaron a enterarse de los preparativos para
el asesinato del general Barrientos?
A mí me contó un miembro de la guardia de seguridad de
Barrientos. Es posible que Rico Toro también hubiera sido autor del asesinato
de Otero.
Eran oficiales de la Guardia de Barrientos?
Pueden ser dos militares o dos de la guardia de Barrientos,
o de la Fuerza Aérea, o puede ser el teniente Chiriqui (se refiere al militar
Moisés Chiriqui, teniente en ese entonces, y que llegó a tener protagonismo
político posteriormente en Bolivia). Eso digo porque Chiriqui trató de
victimado a Arguedas (se refiere a Antonio Arguedas, militar comprometido con
el tráfico de documentos y el Diario del guerrillero argentino cubano Ernesto
Ché Guevara).
MÁS VERSIONES.
A tiempo de solicitar sanciones para los autores del
asesinato del líder del campesinado, René Barrientos, las federaciones
provinciales del norte de La Paz, mediante un comunicado aseguran que "el
autor y ejecutor hoy el capitán de Ejército José Rico Toro (refiriéndose a
Faustino Rico Toro) quien cumpliendo órdenes del entonces Comandante de las
Fuerzas Armadas, general Ovando Candia, derribó el helicóptero que conducía el extinto
Presidente, con una ametralladora de aviación proporcionada por el general León
Kolle Cueto, tales afirmaciones fueron delatadas por el ex Ministro de Asuntos
Campesinos y dirigente campesino Jorge Soliz Román en el mes de octubre de
1969, en una reunión secreta realizada a instancias de este, en el Bar
Restaurante Bristol de la ciudad de La Paz, donde decidió denunciar
públicamente presentando testigos campesinos oriundos de Arque" (la
localidad que acababa de visitar Barrientos antes de su muerte).
En un segundo acápite piden castigo para los asesinos de
Soliz, "que según el informe del dirigente Guamán de Cochabamba son el ex
Oficial Mayor de Gobierno, Lessín Méndez, el ex Alcalde de Cochabamba, coronel
Eufronio Padilla, el coordinador del campesinado Jaime Villegas".
OFRECIMIENTOS.
"Pueden tener la seguridad que el Ministerio del
Interior no encubrirá a nadie y que llevará adelante la investigación hasta sus
últimas consecuencias caiga quien caiga", había afirmado el entonces
Ministro del Interior Jorge Gallardo, sin prevenir ¿o sí? lo que ocurriría en
los hechos, que fue precisamente lo contrario.
El 16 de marzo (de 1971) posesionaba a dos de sus altos
colaboradores (José Luis Espada y Mario Rueda), que más tarde también tendrían
papel protagónico oscuro. Ese día volvió a comprometer "en total
esclarecimiento de los hechos".
Días después (23 de marzo), el presidente Torres enfatizaba:
"así fuera mi hermano recibirá el castigo correspondiente. La secuela de
muertes tiene que llegar al esclarecimiento total".
EL ENTREVERO
Los ojos de todo el país estaban clavados en el problema.
Aparecieron en escena los nombres de Ovando y Roberto "Toto"
Quintanilla.
El primero, embajador de Bolivia en España, guardo absoluto
silencio y más bien se sometió a exámenes clínicos para después ser operado de
una úlcera estomacal en la clínica Puerta del Hierro de Madrid.
Quintanilla, cónsul de Bolivia en Hamburgo, era indicado
como "pieza clave" para el esclarecimiento y por tanto se sugería su
presencia en el país.
El Ministerio de Defensa solicitaba documentos para iniciar
un proceso y más que todo para aclarar la situación de su titular: David La
Fuente, involucrado en el asunto.
Víctor Andrade Uzquiano relataba entretelones de charlas
sostenidas con Barrientos, de donde se dejaba entrever profundas diferencias
entre el fallecido presidente y Ovando.
Se desgranaban pronunciamientos y opiniones de apoyo al
pedido de esclarecimiento. Se entregaron las declaraciones de Heber al
Ministerio del Interior y al Ministerio Público. En fin, todo un entrevero
irrefrenable y voluminoso que crecía al paso de cada día. Este hecho apuró al
gobierno a dictar un Decreto Supremo, creando la Comisión de Alto Nivel para
investigar las denuncias, independientemente de la acción de la Justicia.
(Posteriormente, el 1 de abril de 1971, Roberto "Toto" Quintanilla
sería asesinado en Alemania, con lo cual, virtualmente, gran parte sobre la
verdad que se pudo saber acerca de estos acontecimientos se perdió para
siempre).
Fuente: Periódico “Hoy”. Anuario 1971. La Paz, diciembre de
1971.
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