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CRUCEÑOS EN LA BATALLA DE INGAVI

Carga de caballería del Ejercito boliviano en la batalla de Ingavi.

Por: Nino Gandarilla Guardia.

En la Batalla de Ingavi, librada el 18 de noviembre de 1841 en la provincia del mismo nombre (La Paz), se enfrentaron tropas de Bolivia al mando de José Ballivián y tropas peruanas comandadas por Agustín Gamarra. El ejército peruano intentó invadir Bolivia después de la disolución de la Confederación. Todo eso aparece en cualquier texto de la historia de Bolivia; lo que no se difunde es la participación cruceña. El Presidente José Miguel de Velasco, el Gran Republicano que gozó la confianza de los libertadores, fue derrocado en junio de 1841 por José Ballivián. Entonces el libertador cruceño se reorganiza con su ejército en el sur del país. Entre sus grandes oficiales se encontraban los coroneles Agustín Saavedra Paz, Marceliano Montero y Marcelino Gutiérrez, cruceños los tres.
Ante la invasión peruana de 1841, fiel al compromiso del 6 de agosto de 1825, Velasco envía a sus mejores soldados para defender la independencia. Ellos fueron quienes determinaron la victoria boliviana el 18 de noviembre, en el Escuadrón Cazadores a órdenes del Teniente Coronel Marceliano Montero. Y “pieza clave para el desarrollo exitoso de la lucha épica de 50 minutos: el entonces Teniente Coronel Agustín Saavedra Paz, ascendido a Coronel en el campo de batalla por su valor y decisión, ya que su carga al mando del Escuadrón de Coraceros (Caballería) resultó determinante para lograr un resultado a favor de las armas bolivianas…” Agustín Saavedra Paz nació en Samaipata el 29 de agosto de 1796. Estuvo presente en la batalla de Ayacucho que concluyó la lucha por la independencia americana y luego participó de las epopeyas crucistas de Yanacocha y Socabaya, en el período estelar de la Confederación Peruano-Boliviana. Anteriormente, le ocupo contener en 1828 –por instrucciones del Mariscal Sucre– la invasión brasileña del territorio boliviano de Chiquitos, defendiendo así la heredad de nuestro naciente país.
Según el libro de Julio A. Díaz ‘Los generales de Bolivia’, Saavedra fue uno de los militares más distinguidos por el Mariscal de Zepita Andrés de Santa Cruz, quien le guardaba alta consideración y total confianza. El también le prodigó su permanente lealtad. Es por eso que Saavedra peleó denodadamente en Yungay, pero vino el desastre y aunque salvó milagrosamente su vida, terminó prisionero en la fortaleza del Callao (Perú), sufriendo largos meses de encierro. Su probado valor volvió a estar al servicio de Bolivia en Ingavi y como el momento clave para el triunfo nacional. Saavedra Paz cruzó luego el río Desaguadero, formando parte de la vanguardia del ejército boliviano que ocupó suelo y puertos peruanos sobre el Pacífico en 1842.
Luego de su participación en la Convención Nacional de 1843, retornó a Santa Cruz dónde fue Prefecto del Departamento y ascendió al grado de General de Brigada. El coronel Marceliano Montero nació en San Ramón de la Víbora, hoy Montero (Prov. Obispo Santistevan), probablemente el 16 de enero del año 1802. Durante la guerra de la independencia luchó en las filas patriotas bajo las órdenes del Gral. San Martín, Bolívar, Ballivián y Velasco (Zambrana). “En 1834 figura con el grado de sargento mayor como 3er. Jefe de regimiento de caballería No. 2, acantonado en La Paz y designado como ‘Lanceros del General’”. Sanabria afirma que se cuenta con plausible evidencia documental “de su sobresaliente participación en la campaña contra el invasor Gamarra que culminó con la batalla de Ingavi. Allí, en lo más reñido de la acción, encabezó una carga de caballería que acabó con la resistencia peruana y en cuyo decurso Gamarra fue herido y muerto. Aparece más tarde, ya con el grado de coronel, en las funciones de mayor de plaza en Santa Cruz.
En 1852 es nombrado gobernador de Cordillera”. Fundó Lagunillas en 1855. Se estableció allá y encontró la muerte en el año 1860. Saavedra y Montero son otros dos arquetipos de aquellos cruceños nacidos en pequeños pueblos de provincias cuya tradición militar fue heredada del Ejército Cruceño de la conquista y luego de la Emancipación. En medio de miles de soldados bolivianos, de todas las regiones, sobresalieron por propia capacidad y valentía. También son ejemplos de aquellos héroes, víctimas de las maniobras raciales de los ejércitos con cierta mayoría étnica, que envían a primera línea a unos para proteger a otros, sorprendiéndose con las gloriosas victorias de quienes habían subestimado.
El Ejército Cruceño, Las Fuerzas Armadas de Bolivia nacieron con la contribución de hombres y equipos provenientes de los Ejércitos de las diferentes Republiquetas que lucharon por la Independencia desde 1809 hasta 1825. Una de esas fuerzas militares fue el Ejército Cruceño, que desde el 10 de setiembre de 1810 se había pronunciado por la Independencia con 300 hombres de Caballería y 1.200 guerreros guaraníes. El entonces coronel Ignacio Warnes, designado Gobernador de Santa Cruz por el general Belgrano, encontró en esta tierra suficientes condiciones para armar un ejército regular y así lo hizo; con su Estado Mayor y sus unidades de Caballería, Infantería y Artillería, además de miles de auxiliares. Aquí la guerra se hizo con Ejército formal, mientras en otros lugares se lo hacía con los también valientes montoneros y guerrilleros. Después de las tres gloriosas batallas: Florida, Santa Bárbara y El Pari, el Ejército Cruceño y su invicta Caballería se estableció en Cordillera, realizando periódicos ataques hasta vencer en 1825.
Posteriormente nuestro ejército fue integrado al Ejército de Bolivia. Su gloriosa Caballería continuó su invicta trayectoria en Ingavi. Actualmente el único Regimiento de Caballería del Departamento, con justicia histórica denominado “Gral. José Manuel Mercado”, no cuenta ni con 10 caballos. Algo hay que hacer… El gran Patriota Cruceño Mientras nuestros soldados peleaban en el corazón de América, hubo militares cruceños que pelearon en el Ejército Libertador del Alto Perú. Uno de ellos fue el Gral. José Miguel de Velasco Franco, quien luchó al lado del Mariscal Sucre recibiendo de éste su amistad y respeto. Cinco veces Presidente de la República, por su alto espíritu patriótico, decencia, valentía y carácter demócrata. Dos veces llamó a Constituyentes para que el país resuelva sus problemas por la vía democrática. Fue el primer presidente boliviano que usó la medalla presidencial heredada del Libertador Simón Bolívar (1839).
Un Patriota como él no ha habido otro; fue quien cedió sus tropas cruceñas a Ballivián para que Bolivia obtenga la victoria de Ingavi (1841). Pese al reconocimiento del Congreso como Eminente Republicano (Ley del 25 de julio 1835), tanta vocación patriótica fue mañosamente difamada por los historiadores altoperuanos que, no encontrando defectos en su civismo, lo tildaron de “falta de carácter para gobernar” porque no quiso resolver los asuntos del país metiendo bala a sus compatriotas, sino a través de las urnas. Parece que la intención, de aquellos malos historiadores, era decirles a todos los estudiantes del país, generación tras generación, que “los cruceños no tienen carácter para ser presidentes”. Lo peor es que las instituciones cruceñas tampoco le rinden homenaje. Una Ley del 23 de octubre de 1911 declaró de Carácter Nacional la construcción de un monumento en su memoria en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra… ¿Dónde está?
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Links relacionados:

El Cruceño Agustín Saavedra.

El militar cruceño Marcelino Montero.

 Marcelino Gutierrez Salvatierra.

3 comentarios:

  1. Excelente. Tiene noticias de la participación de Eusebio Guilarte Mole en la batalla de Ingavi?

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  2. muy buena información y que por supuesto debemos de hacer conocer a los estudiantes.

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