Cachuela Ezperanza, Beni en el periodo de apogeo gomero.
Fuente: Santa Cruz, economía y poder, 1952-1993. De: Carmen
Dunia Sandoval Arenas.
Por la huella de los empresarios de la quina, ingresaban a
la región amazónica de Bolivia los buscadores de goma elástica, tanto que los que
bajaban de los andes hacia Reyes, como los que avanzaban desde Santa Cruz por
los afluentes del Mamore y Madera.
En este último caso, aprovecharon la experiencia previa de
la quina y el conocimiento de la región, como lo expresa Gustavo Rodríguez
(199: 85)
La explotación de la goma en el noreste del país alcanzo una
proyección económica de significación. La actividad inicial de los cruceños en
la región, además de las empresas que organizaron, fue secundada por empresas
extranjeras dedicadas tanto a la explotación de la goma como al comercio. En el
primer caso, las empresas organizadas por Nicolás Suarez como la Casa Suarez
Hermanos y por Antonio Vaca Diez, The Rubber Orthon Bolivia Reserve, ambas con razón
social en Inglaterra. En el segundo caso, con los nombres The Bolivian Rubber &
Enterprise Ltda, The Zongo Rubber State Ltda., The Galvez State Ltda., Boston
Bolivian Rubber Company, entre otras.
El resultado fue el incremento de la producción, de 290
toneladas métricas en 1890 a 5.843 en el año 1917. En valores de exportación,
se presentó un incremento de 1.260.00 a 15.424.202 bolivianos (Gamarra, 1992). Sin embargo, esta actividad gomera no
beneficio a la región. En los hechos se trataba de economías de “enclave” o
enclavados en territorio nacional, vinculadas con el mercado mundial como actividades de exportación y con
el mercado interno con relación a productos alimenticios, mano de obra y otros
enceres de trabajo de “enganche”. Esta actividad dio beneficios mínimos en
Bolivia debido a que no se produjo una integración de esta actividad con los
sectores económicos, pues se limitó a ser una actividad típicamente extractiva.
Los empresarios menores como contratistas, habilitadores,
enganchadores de personal y empleados dependientes de las empresas extranjeras,
no asumieron el papel de capitalistas inversores al retornar a los centros urbanos. Desaprovecharon las oportunidades de
inversión para mejorar las condiciones económicas de la región, como
elocuentemente lo expresa Sanabria Fernández:
“Los gomeros que volvían a Santa Cruz, definitiva o temporalmente,
venían siempre cargados con los pingues ganancias obtenidas en la faena. Pero
los dineros traídos por ellos, salvo raras excepciones no significaron de
ninguna manera capital en giro o siquiera caudal lucrativo. En vez de darle inmediata
aplicación en obra productiva, o siquiera colocación a réditos, los malgastaron
o dilapidaron más bien en banalidades o rumbocidades. Lo propio hicieron los
comerciantes enriquecidos con el tráfico de productos de la tierra (1959: 66)
El mercado de la goma para los productores agrícolas e
industriales de Santa Cruz comenzaron a sufrir su primer deterioro en los años
1912-1914 y finalmente se cerró en los años 1920 con la crisis de la producción
gomera en el Amazonas. Se inició así un periodo de verdadero estancamiento en
todo el Oriente en su conjunto: en noreste, que era la región productora y la ciudad de Santa Cruz y su entorno, proveedora
de suministros.
En este lapso, marcado por la contracción del mercado y su
cierre definitivo la región proveedora sintió realmente los efectos ya
mencionados en el acápite anterior, debido
al aislamiento de suscito la ausencia de productos cruceños en el occidente de
Bolivia, además las políticas de libre comercio y la estrechez del mercado
interno.
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