Por: Dehymar Antezana – Periodista / Publicado en el
periódico La Patria, el 6 de agosto de 2011.
Esta historia no está registrada en los libros de consulta
de la vida cronológica del país, no entendemos el porqué, sin embargo,
desempolvando los archivos y textos de la oculta historia boliviana,
encontramos un pasaje que nos parece maravilloso desde todo punto de vista,
como si se tratara de una novela, con un final feliz. No existe un autor
definido al respecto.
Ese episodio fue la consolidación de algunas condicionantes
que pusieron dos mujeres a los hombres que más amaban en su vida, y éstos,
obviamente arrastrados por el amor de la hija y de la novia, fueron iluminados
por la "musa inspiradora", para componer uno de los himnos nacionales
más hermosos del Planeta Tierra.
Esa canción que fue denominada en principio como
"Patriótica", por la victoria del Ejército boliviano en la Batalla de
Ingavi, se convirtió en el Himno Nacional, que perdura "aún" hasta
nuestros días.
HIMNO NACIONAL
La historia del Himno Nacional se remonta hasta antes de la
victoria de la Batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841, y para su
creación tuvieron que ver mucho dos mujeres potosinas.
Una de ellas era novia del residente Leopoldo Benedetto
Vincenti, Justina Daza, hija de don Melchor Daza, diputado por Potosí a la
Asamblea Constituyente, y su amiga, Liberata Sanjinés, hija del insigne
político, secretario de la Asamblea Constituyente y poeta, José Ignacio
Sanjinés.
Ambas señoritas gozaban de las serenatas que brindaba
Benedetto, inspirado en la rica música nacional y melodías extranjeras,
cuidadosamente seleccionadas. Se pusieron de acuerdo entre las dos damas para
conminar tanto a su novio como a su papá para que compongan el Himno Nacional.
Para ello, Justina amenazó a Benedetto, señalando que si no
componía el Himno de su Patria, no se casaría con él, a lo que el italiano
contestó "Qué audaz eres Justina".
Mientras que el padre de Liberata respondió: "El amor a
la Patria me justifica".
Posteriormente, el poeta con el músico se reunieron para
componer el Himno Nacional de Bolivia. Después de un árduo trabajo, una noche
de nevada, se desconoce la fecha, ambos tenían bajo el brazo la partitura y la
letra de la canción, que se convertiría desde entonces, como el mensaje de amor
para una nación que dio todo a sus habitantes.
Con mano maestra, el artista ejecutó la canción que a los
presentes les pareció excelente. José Ignacio de Sanjinés quedó conmovido y no
aguantó las lágrimas que brotaban de sus ojos, debido a la emoción de tan
bellas melodías y la letra que leyó ante su hija y amigos.
No pasó mucho tiempo, cuando con motivo de la Batalla de
Ingavi, llegó un mensaje a la casa de Benedetto, para que componga una canción
en honor a esa victoria bélica.
El artista consultó a su novia sobre la invitación del
Gobierno, a lo que Justina le dijo que era la mejor oportunidad para presentar
la composición que hicieron junto a Sanjinés, donde se reflejaban las glorias
de la Patria.
Fue así que la feliz pareja, más su amiga entrañable
Liberata y su padre José, viajaron a la ciudad de La Paz.
Estaba como presidente de la República, el héroe de la
Batalla de Ingavi, José Ballivián Segurola, quien puso a disposición de los dos
artistas a las bandas de música del Ejército, los batallones Quinto, Sexto y
Octavo, quienes al mando de Benedetto Vincenti dieron la primera serenata a
Bolivia, la mañana del 18 de Noviembre de 1845, en presencia del Presidente.
La noche de ese mismo día, en el Teatro Municipal de La Paz,
se estrenó oficialmente el Himno Nacional de Bolivia, interpretado por una
orquesta sinfónica, al canto de un grupo de jóvenes.
El Mandatario presenció tan significativo acto, sentado en
el palco oficial, junto a sus ministros y autoridades civiles y militares,
rodeados del pueblo que ovacionó con gritos y aplausos a los compositores. La
ciudadanía también se llenó de emoción ante la magnífica interpretación del
Himno, que a partir de esa fecha sería el símbolo oficial de Bolivia.
Las dos mujeres que inspiraron a la composición del Himno,
estuvieron en un palco oficial adornado con los colores de la Enseña Tricolor y
acompañadas del padre de Justina, don Melchor Daza.
Después de la ceremonia, el presidente de la República, José
Ballivián, se subió al escenario para felicitar al autor de la letra, José
Ignacio Sanjinés y de la música, Leopoldo Benedetto Vincenti, a quienes les
puso una corona de flores de Kantuta, al músico le entregó una batuta de oro.
En medio del aplauso del público, Benedetto convocó a su
novia, quien fue presentada ante el dignatario de Estado, en la que le
manifestó que ella fue la inspiradora del Himno en confabulación con su amiga
Liberata, hija del autor de la letra.
Más tarde, Benedetto y Justina se casaron apadrinados por su
Excelencia, José Ballivián Segurola y se fueron de luna de miel a Europa. Antes
de partir, la pareja recién casada apadrinó el matrimonio de Liberata, quien se
quedó en su ciudad natal, Potosí, para someterse a la vida de mujer casada.
JOSÉ IGNACIO SANJINÉS
Nació en Potosí, fue abogado y diputado por su tierra natal
en 1825, asistió a la Asamblea Constituyente de ese año, sancionó la
Constitución boliviana que lleva su firma, como uno de los 17 representantes de
esa ciudad.
Participó de la Constitución de 1831, tres años después fue
nombrado Hijo Predilecto de Potosí y senador. Suscribió la tercera Constitución
de Bolivia y durante el gobierno de Santa Cruz fue designado como Ministro del
Interior. El 7 de mayo de 1836, se hace cargo de la Secretaría General del
Gobierno. Fue poeta, jurisconsulto y legislador.
En el magisterio, consagró muchos años de su preciosa
existencia a instruir a la juventud.
LEOPOLDO BENEDETTO VINCENTI
Nació en Roma, Italia. Su padre fue Antonio Vincenti.
Estudió en el Colegio de Jesuitas "San Vital" en Roma, terminó sus
estudios artísticos en Paris, en el conservatorio de esa ciudad.
Fue contratado por el contraalmirante Du Thouss, para una
expedición que fue interrumpida durante tres años, cuando debía tomarse
posesión a nombre de Francia, del archipiélago de la Polinesia.
Ese incidente permitió al músico quedarse en Chile, luego
pasó a Bolivia y se instaló en la ciudad de Potosí, allí conoció a su novia,
Justina Daza y posteriormente fue invitado a componer el Himno Nacional.
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