Por: José E. Pradel B. / El Diario, 13 de Octubre de 2015
En la historia de las Relaciones Internacionales de Bolivia, hubo personajes
destacados de creativa perspectiva, que mediante sus escritos y propuestas,
idearon adecuadas y firmes bases de Política Exterior como fue el caso de José
Carrasco Torrico, distinguido diplomático y escritor, que a través de sus
obras: ‘Bolivia y Chile. El Tratado de Paz de 20 de octubre de 1904’ y ‘Bolivia
ante la Liga de las Naciones’, publicado bajo el seudónimo de Brissot,
contribuyó a promover la reintegración marítima boliviana durante las primeras
décadas del siglo XX. Es en ese sentido, como un sincero homenaje a su trabajo,
en esta nota describiremos su misión diplomática en la República Federativa del
Brasil (1916- 1919).
José Carrasco Torrico, nació en la población Totora, departamento de
Cochabamba, el 4 de noviembre de 1863. Las primeras letras las aprendió en su
pueblo natal, sucesivamente los estudios secundarios los realizó en la ciudad
de Cochabamba. Posterior-mente, estudió Derecho en la Universidad Mayor de San
Simón, de la cual se graduó en 1885.
Más adelante, fue elegido Diputado por Cochabamba en la legislatura 1888-89,
“parlamentario de palabra docta y espontanea fue digno discípulo del patricio y
jefe liberal Antonio Quijarro. En todos los debates celebres políticos o
institucionales disertó con bizarría de líder y dominio legislativo los asuntos
considera-dos” 2.
Consecutivamente, Carrasco, fue nombrado Decano de la Facultad de De-recho de
Cochabamba, cargo que ejerció durante cinco años, desde 1893. Durante este año
fundó también el periódico liberal ‘El Comercio’ de Cochabamba, del cual fue su
primer director.
Tras la toma del poder por parte del partido Liberal, José Carrasco, fue
designado Oficial Mayor del Ministerio de Guerra (1899); Prefecto de Oruro
(1900) y Ministro de Gobierno y Justicia (1902-1903), en este cargo publicó las
obras: ‘Memoria presentada por el Mi-nistro de Gobierno y Justicia Dr. José
Carrasco, al H. Congreso Ordinario’ (1902); ‘Memoria del Ministro de Gobierno y
Justicia, presentada al H. Con-greso Ordinario’ (1903) y ‘Exposición de los
ex-Ministros de Estado José Carrasco e Ignacio Calderón, contra la acusación pro-puesta
en la Cámara de Diputados’ (1903).
En 1904, fundó el ma-tutino ‘El Diario’, el cual dirigió hasta 1921.
Posteriormente, fue ele-gido Senador por Oruro y luego es nombrado Presidente
del Congreso.
Un año después, publi-có el folleto: ‘Bolivia y Chile. El Trata-do de Paz de 20
de octubre de 1904’ 3, documento valioso en el cual expresa: “…acostumbrados á
la lucha, colocados en la situación de influir modestamente en los destinos de
Bolivia, en un momen-to histórico de incalculables proyeccio-nes, hemos
encarado la dificultad pen-diente por veinte años y colaborando al gobierno y á
la mayoría del Congreso, hemos aceptado responsabilidades que no escusamos;
responsabilidades cuyo fundamento tenemos deber de explicar á nuestros
conciudadanos…” 4. Testimo-nio hidalgo, que para muchos personajes de la época
que participaron en la apro-bación de dicho Instrumento fue difícil de
convenirlo posteriormente.
Por otro lado, entre 1908 y 1909, de-sempeñó las funciones de Ministro de
Gobierno y Justicia. Como resultado de su gestión publicó: ‘Memoria que
pre-senta el Dr. José Carrasco, Ministro de Gobierno y Fomento al H. Congreso
Ordinario de 1909’.
En 1910, fue reelegido Diputado por Cochabamba. Más adelante, publicó la obra:
‘Biografía del doctor Venancio Jiménez’ (1911). En 1913, fue distingui-do como
segundo Vice-presidente de la República.
Tres años después, es invitado por el Dr. Ismael Montes, para ser nombrado como
E. E. y Ministro Plenipotenciario de Bolivia en el Brasil, cargo que aceptó. Es
en ese sentido, que el 5 de abril de 1916, ya se encontraba en la ciudad de Río
de Janeiro. Sobre ello escribió: “…la impre-sión personal que he tenido de esta
Capi-tal és de admiración por la belleza que ostenta, habiendo encontrado las
más francas simpatías para Bolivia y su ilus-trado gobierno. Sopla un viento de
acen-tuado americanismo que permite confiar en soluciones satisfactorias en
nuestras cuestiones pendientes. Así me lo han ase-gurado con manifiesta
seguridad…” 5.
Posteriormente, presentó sus Cartas Credenciales al Presidente Venceslau Brás
Pereira Gomes. Durante la ceremonia de presentación, el Plenipotenciario
Carras-co, expresó: “…en este momento histórico en que el viejo mundo se
despedaza, la unión de los pueblos de América és una necesidad imperiosa. Estamos
en el prólo-go de una nueva era de la historia univer-sal y la América debe
entrar en ella, fuerte y vigorosa por la unión y la fraternidad en todo el
continente. El Brasil ha de tomar la vanguardia en este movimiento,
impres-cindible del nuevo mundo, al que se asocia Bolivia, con el más alto
sentimiento de leal y sincero americanismo…” 6.
Sin duda, estas palabras expresan un sentimiento magno de fraternidad y afecto
americano.
En respuesta, el Presidente del Brasil de ese entonces, manifestó: “…los designios
de vuestra elevada misión perfectamente se ajuntan y armonizan con los
sentimientos del pueblo brasileño y del gobierno que no cesan de estrechar con
desvelo y cada vez más, los lazos de leal amistad que lo ligan al pueblo y al
gobierno boliviano…” 7.
En este contexto, es necesario mencionar que en esta época, nuestro país tenía
dos temas pendientes con el Brasil, el primero era la construcción del
ferrocarril Madeira-Mamoré y el otro era la ejecución del ‘Tratado de
Petropolis’. Es de esta manera, que José Carrasco realizó constructivas
negociaciones primero con el Canciller carioca Lauro Severiano Müller y luego
con el Canciller Nilo Procópio Peçanha, sobre ello escribió a mediados de 1918,
un importante documento intitulado ‘Memorándum’, en este pliego señaló:
“…tenemos pendiente en el Abuná la de-marcación de una línea que comprende el
territorio que vá de la naciente del Rapirran al paralelo del Iquiri y de allí
al Arroyo Bahía, que convendría definirla para terminar este viejo litigio…” 8.
Pero dentro de la labor que desempeñó Carrasco, es necesario mencionar que
también suscribió a nombre de nuestro país dos importantes Instrumentos
Inter-nacionales, nombrados: ‘Convenio espe-cial de Tráfico Telegráfico y Radio
Tele-gráfico Directo’, firmado el 2 de mayo de 1918 y el ‘Tratado de
Extradición’, sus-crito el 3 de junio del citado año.
Entre otros temas nuestro biografiado, a fines de junio, solicitó una breve
licencia. Durante este momento Carrasco, regresó a Bolivia vía Buenos Aires.
Una vez en La Paz, renunció al cargo de Ministro Pleni-potenciario, el cual fue
rechazado y se le pidió que continúe en el citado puesto.
Más adelante, sobre la cuestión del Pací-fico, propuso mediante notas: “…creo
que debemos tomar como base indispensable de nuestra actuación, la justicia y
ella nos obliga a reclamar el derecho junto con el aliado que perdió tanto o
más que noso-tros en la hora de la adversidad…” 9. En este sentido, cuestionó
la participación de Bolivia en las Conferencias de Paz de Pa-rís y defendió la
tesis reivindicacionista.
De esta manera, Carrasco al estar en desacuerdo con los planes internacionales
trazados por el Presidente Gutiérrez y el Dr. Ismael Montes, representante de
Boli-via en las Conferencias de Paz de París, renunció nuevamente a su cargó a
fines de abril de 1919, el cual fue aceptado por el Gobierno.
Paralelamente, publicó en La Paz bajo el seudónimo de Brissot, la obra:
‘Bolivia ante la Liga de Naciones’ 10, que en 1920, fue traducido al idioma
inglés y fue publicado en Londres bajo el título: ‘Bolivia Case for League of
Nations’. Consecutivamente, en La Paz, imprimió la magna obra intitulado:
‘Estudios Constitucionales’ (en 4 Tomos).
Un año después en París, Alfredo de Bengoechea, tra-dujo la obra
reivindicacio-nista de nuestro biografiado y publicó en la citada ciu-dad, el
libro: ‘La Bolivie devant la Societé des Na-tions’. Finalmente José Ca-rrasco
Torrico, falleció en La Paz el 24 de mayo de 1921, a la edad de 58 años.
Posteriormente, de manera póstuma en 1923, fue publicado en España su obra: ‘Al
margen del Tratado Boliviano-Chileno de 1904’.
A modo de conclusión, podemos decir que Carrasco fue un hombre de gran mentalidad
y diplomático por naturaleza, que siempre antepuso sus principios patrióticos e
intelectuales ante beneficios circunstanciales.
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