Foto: Aullagas Conquechaca /Por: Jorge Espinoza / El Diario de La Paz, 13 de Octubre de 2015.
Colquechaca (del quechua puente de plata) fue un gran distrito productor de
plata luego del Cerro de Potosí y Pulacayo. Se dice que el conquistador Diego
de Almagro descubrió el potencial argentífero de la zona, en su paso a Chile.
La población de Jankonaza fue el primer asentamiento español, de donde se
irradió la explotación en todo el distrito. Como en todos los distritos
mineros, la población marchó a la par del ritmo de explotación, dependiente del
precio de los minerales. En el auge de 1550 a 1600, unas 20.000 personas
habitaron el lugar, mientras que en 1891 existían unos 8.000 habitantes. El
censo de 2001 arrojó 1.816 habitantes y el de 2012 dio 4.925 habitantes.
En la colonia esta región ya acuñaba su propia moneda de plata y se ufanaba de
tener el primer Banco de Rescate de Minerales (1770). El distrito atrajo
población y empresas de muchos lugares del mundo. En 1882 fue nombrada capital
de la provincia Chayanta del departamento de Potosí y posteriormente en 1906
por su esplendor y apogeo fue elevada a rango de ciudad. Según el escritor
Daniel Sánchez Bustamante, en la época republicana la riqueza de sus vetas
reemplazó a las del agónico Cerro de Potosí, alimentó el patrimonio de la
burguesía chuquisaqueña y contribuyó mucho al erario nacional en la Guerra del
Pacífico.
En el distrito se desarrollaron las minas Aullagas, Porvenir, Consuelo,
Flamenca y Colquechaca, siendo las principales labores las de las minas
Aullagas y Colquechaca, ambas sobre la veta Embudo, la más importante del
distrito. Otras vetas conocidas eran: Empresa, San Martín, Cibelos, San Matías,
San Hilarión y Carmen. Como algunas minas explotaban vetas comunes y todas
debían hacer sus socavones de acceso, la disminución del precio de la plata y
de la riqueza de las vetas, así como la profundización de labores las puso en
difícil situación económica, por lo que para abaratar costos en 1892 las cinco
minas constituyeron la Compañía Unificada de Colquechaca, pero una mayor caída
del precio de la plata, además de la mala dirección, la deficiencia de
maquinarias y bombas para el desagüe de las minas, y la falta de capitales
ocasionó su paralización a fines del Siglo XIX.
El ingeniero inglés Robert Peele Jr. elaboró en 1892 el informe “Minas de plata
de Colquechaca” del que extractamos algunos aspectos salientes que permiten dar
una idea de la riqueza del distrito. El socavón San Bartolomé de la mina
Colquechaca es uno de los más antiguos. Se empezó a perforar antes del año 1700
y su longitud total es de 1.540 metros.
La veta Embudo cortada en 1871 es una veta bolsonera. Su ancho varía entre 5 a
30 centímetros, aumentando a veces hasta formar un bolsón, de los que se
encuentra con frecuencia de más de 60 centímetros de ancho, conteniendo mineral
muy puro. Las labores han alcanzado ya una profundidad de 530 metros, donde la
veta se presenta más rica que nunca y promete más todavía. El mineral más rico
o de primera clase consiste en rosicler (mineral con 65% de plata) y plata
nativa mezclada con blenda (ZnS) y un poco de galena (PbS), y tiene una ley de
miles de onzas por tonelada. Este mineral es seleccionado a mano o lavado y
luego exportado.
Al referirse a la mina Aullagas indica que en los niveles profundos se
encuentran a la vista varios bolsones de metal de primera clase, un común de
cuatro muestras dio una ley de 2.465 onzas por tonelada (76.670 gramos por
tonelada –gpt-), para un ancho de 12,5 cm (9.584 gpt para un metro de ancho).
La producción total de la mina desde octubre de 1884 hasta octubre de 1891 fue
de 6.025.000 onzas de plata (187,4 TMF o 26,8 TMF/año).
Peele tomó 32 muestras no escogidas, de las que 25 correspondieron a la veta
Embudo, haciéndolas analizar en Lima, del que existe el Certificado de Ensayes
del 20 de noviembre de 1891. El promedio de las 25 muestras de la veta Embudo
dio 33.280 gpt Ag, “una concentración de plata que raras veces se encuentra en
otras partes” dice. Asumiendo un ancho medio de 15 cm, la dilución a 1 metro de
ancho daría 4.992 gpt Ag (si algunas muestras provienen de bolsón la ley sería
mucho mayor). La décima parte de este contenido actualmente ya sería muy bueno
para una mina subterránea.
Un matutino local en su edición del 2 de enero de 2011 en el artículo
“Colquechaca. El pueblo que forjó la plata” indica que de aquella gloria pasada
hoy solo quedan historias, fachadas de viviendas descascaradas, muchas de ellas
vacías, que hablan de grandes lujos. Dice que a mediados del Siglo XX sus vetas
argentíferas fueron explotadas por COMIBOL; sin embargo la baja de precios de
los metales provocó un éxodo en los años 80 (relocalización).
Señala que medio millar de cooperativistas explotan actualmente plata, zinc,
plomo y estaño y resalta que uno de ellos es Samuel Ojeda, minero que en tan
solo 25 días de explotación logró amasar una pequeña fortuna, unos dos millones
de bolivianos, después de encontrar en la mina Gallofa una veta de plata pura y
de alta ley.
Sin duda, Colquechaca, un admirable distrito argentífero, tuvo sus momentos de
gran esplendor, que como ocurrió siempre en la minería, no fueron aprovechados.
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