Por: Guillermo Mejillones Quispe. // Foto: Prisioneros bolivianos de guerra en Paraguay . (Internet)
Tras un mes del cese de hostilidades con el Paraguay, el 16 de julio de 1935 en
la 10ª sesión reservada en la Cámara de Diputados Julio Gutiérrez, elevó la
petición de informe al Ministro de Guerra el cual, expresaba de la siguiente
forma: “¿Que sabe el gobierno sobre el separatismo de los cruceños?”.
Con la petición de informe formulada, ocho días después, en la 12ª, sesión
reservada, el Ministro de Guerra: Dr. Enrique Baldivieso expuso todos los
aspectos relacionados al separatismo cruceño. Comenzó diciendo que nos hicimos
ganar con la propaganda paraguaya. Ya que, “No es un misterio que desde hace
mucho tiempo se habla de ese separatismo, aun antes de la guerra” (BAH-ALP.
Fondo: Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11, Sesión extraordinaria reservada del 24
de julio de 1935). El Paraguay aprovechó esas circunstancias agotando todos los
recursos posibles para impulsar el separatismo cruceño.
Baldivieso manifestaba que los guaranís se valieron de todos los representantes
diplomáticos que tuvo en Bolivia y aprovechó en particular el valioso concurso
de Benjamín Velilla: Ex– encargado de Negocios del Paraguay en Bolivia, hombre
hábil y de muchos recursos, para impulsar el movimiento separatista de Santa
Cruz. En efecto, “Velilla se puso en contacto con los prisioneros cruceños, y
con el primer contingente de prisioneros llegados trato de formar una colonia,
rodeándoles de halagos, obsequios, etc., ese sistema no dio ningún resultado,
pues precisamente en un campamento cruceño hubo tentativas de fuga” (BAH-ALP.
Fondo: Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11, Sesión extraordinaria reservada del 24
de julio de 1935).
El Ministro de Guerra: Dr. Baldivieso prosiguió su explicación expresando:
“Tengo varias notas de intelectuales y estudiosos cruceños, en las que en tinte
simpático, me dan cuenta de detalles de su altivez y propósitos de evasión
desde el cautiverio”. Entonces, Benjamín Velilla desistió de su campaña
separatista o anexionista y tendió a crear un ambiente para formar un estado
independiente entre Bolivia y el Paraguay a base del departamento de Santa
Cruz.
Asimismo, destacaba que había un folleto en el que con datos muy bien
expuestos, “se trata de demostrar la conveniencia del independizar del yugo
colla – como ellos dicen – al departamento de Santa Cruz” (BAH-ALP. Fondo:
Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11, Sesión extraordinaria reservada del 24 de julio
de 1935). El folleto fue obra de Benjamín Velilla, donde estuvo colaborando por
un boliviano de nombre Carmelo Ortiz Taborga (1) quien fue juzgado y condenado
a muerte en los tribunales militares (2). También se difundió el periódico ‘La
Semana’, que se editaba en Santa Cruz, la noticia de la existencia de una logia
separatista.
Prosiguiendo su exposición el Ministro de Guerra en la sesión reservada
explicaba que: “Valga la oportunidad para que diga que he tenido la suerte de
conocer el Oriente boliviano y su magnífico suelo pleno de promesas para el
futuro, sin poder comprender por qué no hemos puesto los ojos en esas
maravillosas tierras que nos brindan la única riqueza permanente, la riqueza
agropecuaria. Solo nos hemos dedicado a la explotación de las minas y hemos
olvidado el Oriente” (BAH-ALP. Fondo: Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11, Sesión
extraordinaria reservada del 24 de julio de 1935). Añadió el Ministro
Baldivieso indicando: Ojala que la guerra nos revele ese imperativo de ir hacia
el Oriente y recién así cumpliremos con nuestro deber de responder a un
sentimiento eminentemente nacionalista.
En intervención en la cámara de diputados, Julio Gutiérrez exponía: Esta petición
de informe no es una profesión de fe nacionalista. La respuesta del señor
Ministro de Guerra define la realidad y reconoce el olvido en que se ha
mantenido a los pueblos del Oriente. “Se dice que hay separatismo en Santa
Cruz. Permítaseme cometer la delación de indicar a los verdaderos separatistas,
los cuales están aquí, en el Comando, en la prensa”. El diputado Gutiérrez,
recalcaba que la propaganda paraguaya, fue activa e inteligente, procurando
fomentar divisiones en la familia boliviana, utilizando ese antagonismo
tradicional, por factores conocidos, históricos y geográficos, que desde antaño
vive latente en nuestro organismo nacional.
Se criticó que el asunto fue mal llevado por el Comando Superior, a base de
informes proporcionados por mediadores de la situación bélica, aceptando las
intrigas de reservistas que querían asegurar su emboscamiento, dándolas de muy
sabidos, haciendo oficio de soplones. El tema del separatismo fue también
aprovechado para ejercer venganzas personales y políticas. Gutiérrez indicaba:
“recuerdo lo que ha ocurrido siempre en el Chaco, aun en tiempo de paz. Cuando
un habitante no era persona grata para las autoridades, se lo sindicaba de
espía paraguayo y debía abandonar el lugar. Ahora se califica de separatista a
quien convenía molestar”.
Tras la caída de dos divisiones en Alihuata, la prensa paraguaya dijo que se
destinaria a los prisioneros bolivianos a trabajar en caminos, con excepción de
los cruceños, estos datos fueron leídos en los diarios paraguayos. En
consecuencia, luego se constató que todos los bolivianos, inclusive los
cruceños y benianos, habían sido destinados a trabajar en caminos en el
Paraguay, pero, el enemigo hábilmente supo crear recelos en Bolivia. Nuestra
propia prensa hacía eco de tales mentiras y se constituía en el medio
transmisor de los objetivos paraguayos. “Por esto decía que el separatismo se
incubo aquí y fue alimentado y fomentado por nuestra propia incomprensión y
absoluta falta de malicia”( BAH-ALP. Fondo: Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11, Sesión
extraordinaria reservada del 24 de julio de 1935).
En ese contexto, en Santa Cruz se vivió un período de intranquilidad, el
malestar fue agudizándose ya que las peticiones se consignaban en federalismo y
autonomismo, “(...) como soluciones propicias que ha concebido la mente de los
intelectuales cruceños, para poner coto a ultrajes, olvidos y diversas
hostilidades que se pueden apuntar a través de nuestra historia departamental”.
Entre Oriente y Occidente siempre hubo diferencias raciales, históricas y
geográficas propias de todos los países. El diputado Gutiérrez enunciaba que:
“El remedio no estaba en el empleo de la fuerza ni del espionaje, sino en el
estudio profundo de las causas de ese malestar para aplicarles los
procedimientos que la ciencia política y la sociología indican”.
Existió en Occidente en su momento un temor al separatismo, traducido en una
política de restricción en el desarrollo de ese sector, plasmado en la
oposición de la construcción del ferrocarril al exterior. Gutiérrez consideraba:
“Recuerdo que un distinguido ciudadano cruceño dijo al doctor Andrés S. Muños,
cuando regresaba del Acre por Buenos Aires, hace mucho años, que ya debía
construirse alguna línea férrea a Santa Cruz, sea de la Argentina, sea del
Brasil, Muños contestó que eso sería precipitar la segregación de Santa Cruz.
En la Cámara de Diputados, el año 1918, oí, desde la tribuna en que estaba como
espectador, que un H. Diputado por Cochabamba decía: ‘No hemos de permitir que
se construya ningún ferrocarril de fuera a Santa Cruz, mientras no esté
terminado el de Cochabamba’” (BAH-ALP. Fondo: Guerra del Chaco, Cód. 24 – 11,
Sesión extraordinaria reservada del 24 de julio de 1935).
El aislamiento geográfico y político de Santa Cruz hizo germinar en la mente de
sus ciudadanos la idea federalista que tuvo caudillos como Ibáñez en la
revolución de 1876, que fue dominada por las fuerzas superiores de Occidente y
el jefe de la revolución perseguido incansablemente hasta la frontera lejana
del Brasil, donde pago con su vida el delio de haber acariciado un anhelo de
mejoramiento político y administrativo para su terruño. Santa Cruz no tenía
derecho ni a pensar en federación. Nuevamente, en 1891, se produjo otra
revolución federal que fue sofocada después del combate de la Barandilla, a los
varios meses de haber estallado. Se subsigue la revolución política del año
1924, contra el despotismo del gobierno Saavedra. Se combatió el federalismo
cruceño y pensaron nuestros gobernantes que era el factor para asegurar la paz
interna y la unidad nacional, dentro de un ambiente de verdadero respeto
interdepartamental y de autonomía, para mayor armonía y solidez de la
integridad boliviana.
Referencias:
1) Carmelo Ortiz Taborga, estudio en La Paz en el Instituto de Comercio donde
se graduó como contador en 1915. Trabajo en The Madeir – Mamore Tding Company
Ltd., como contador y Gerente interino. Sirvió como munícipe y miembro de las
dos comisiones de hacienda y obras públicas. Perteneció a la directiva del
partido Liberal, fue candidato a munícipe por 1931-1932 del partido Liberal.
Fue Gerente de la Sociedad Anónima Tipográfica y Director del Oriente. Publicó
en 1925 en novela semanal de Buenos Aires un artículo bajo el título de
“Semiento que no muere”. En su exilio en Argentina, desde Salta como
corresponsal del diario “La Montaño” continuo su campaña separatista.)
2) AHM. Código: TRA-100-005 (caja 100), Área: Tribunal Permanente de Justicia
Militar, Sumario organizado contra Carmelo Ortiz Taborga por el delito de
traición a la patria y propaganda derrotista. El proceso seguido en ausencia,
durante la campaña del Chaco contra Carmelo Ortiz Taborga por delito de
infidencia, traición a la patria y derrotismo en tiempo de guerra internacional
concluyo con la sentencia de la pena de muerte dictada el 13 de junio de 1935.
Sin embargo, el proceso estuvo en archivo desde el 14 de junio de 1935 hasta
que el prófugo fue capturado el 13 de junio de 1949 en Santa Cruz, la defensa
de Carmelo Ortiz impugno prescripción de obrados y se archivado nuevamente el
proceso desde el 27 de octubre de 1949.
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