Por: Roberto Ossio Ortube – 4 de agosto de 2018. // Este artículo
originalmente fue publicado en Oxigeno.bo https://www.oxigeno.bo/31415 // Foto: 6 de Agosto de 1922 : Gabinete del presidente Bautista
Saavedra : De izquierda a derecha: Felipe Segundo Guzmán (primero) , Severo
Fernandez Alonso (tercero), Bautista Saavedra (cuarto) y Hernando Siles Reyes
(séptimo). Fotografía tomada por Julio Cordero.
Bolivia y su Historia, tienen momentos peculiares que pueden
ser percibidos por una mirada escrutadora. Esta es la remembranza de
fotografías registradas por el insigne Julio Cordero, con cuatro hombres que
quedaron retratados para la posteridad, sin sospechar los designios que
les esperaban.
El día 22 de junio de 1922 hubo una renovación parcial en el
gabinete ministerial del Presidente Bautista Saavedra, ratificando a Severo
Fernández Alonso, ex presidente del Periodo Conservador como Ministro de
Relaciones Exteriores e incorporando a otros colaboradores, entre los que
encontraban dos figuras ascendientes en el Partido Republicano: Hernando
Siles Reyes como Ministro de Guerra y Felipe Segundo Guzmán como Ministro de
Instrucción.
Bautista Saavedra, paceño, es una figura clave de la primera
mitad del Siglo XX, caudillo político nato y abogado de gran valía intelectual,
al haber sido catedrático universitario y hombre leído por sus publicaciones
muy serias tanto en recopilación de datos geográficos e históricos para la
defensa de las fronteras del país, específicamente para la delimitación con el
Perú para lo que se trasladó al Archivo de Sevilla en España. Sus aportes al
estudio de la sociología son por demás ponderables, su obra “El Ayllu” es un
referente de indispensable lectura. Sus rasgos y complexión física denotaban
determinación y firmeza: cabello algo hirsuto, hombros anchos, ojillos
incisivos, extremidades cortas, mofletudo y de labios gruesos. Fue quien desde
la prensa y el parlamento destruyó metódicamente al último gobierno del Partido
Liberal. La Revolución del 20 de Julio de 1920, fue su obra y su mayor logro al
imponer su liderazgo indiscutible para que la Convención Nacional lo eleve a
Presidente
Saavedra eligió como Ministro de Relaciones Exteriores nada
más y nada menos que a Severo Fernández Alonso , chuquisaqueño, el último
presidente conservador entre 1896 a 1899 , cuya exquisita y refinada presencia
era ideal para ser el Canciller después de haber ejercido el cargo de
Presidente del Congreso que designó al mando a Don Bautista. Paradojas de la
Historia , el aristócrata abogado, ex seminarista, de modales delicados y
elegantes, derrocado por el Partido Liberal, a quien se le acusaba
de ser demasiado contemplativo y falto de carácter por sus propios
correligionarios conservadores, retornaba a La Paz en triunfo y se posesionaba
nuevamente en una elevada función pública, gracias al triunfo republicano.
Hernando Siles Reyes, chuquisaqueño también, era un
destacado abogado que prometía mucho, ex Rector de la Universidad San Francisco
Xavier, cuya elegante y mesurada forma de expresar sus ideas y conceptos
jurídicos, le granjearon el respeto de colegas y alumnos, haciéndolo merecedor
del título del "último Doctor de Charcas". De sobriedad
destacable , cabello rubio, frente amplia, ojos azules, rasgos finos y voz
un tanto aguda, reflejaba dignidad y presencia. A ello se suma la valentía con
la que afrontó su papel en la Revolución de 1920, que le valieron el
reconocimiento de Saavedra, siendo uno de sus colaboradores más
cercanos, algo que cambiaría con el transcurso del tiempo por
divergencias políticas y resquemores de Saavedra. Siles Reyes demostró
eficiencia y criterio en el manejo de la cosa pública, sin embargo los
vericuetos y recelos lo confrontarían con el caudillo paceño en años
posteriores, quien lo alejaría en un cargo diplomático sin dejarle
retornar al país por mucho tiempo por las sospechas que se habían levantado en
torno a su persona.
Cuando al fin a Siles Reyes se le permitió retornar , fue
porque el elegido por Saavedra como candidato a la Presidencia para
reemplazarlo en 1925, su cuñado Gabino Villanueva, cometió la torpeza de
insinuiar un gabinete de unidad nacional que incluiría a los Liberales ,
circunstancia inaceptable para Don Bautista, quien costosamente obtuvo y
mantuvo el poder. Por ello el Partido Republicano defenestró al Presidente
electo por este desliz por demás ingenuo y buscó una excusa para inhabilitarlo
y llamar a nuevas elecciones, bajo la excusa de no haber renunciado a su cargo
de Ministro con antelación de seis meses.
Aquí ingresa accidentalmente Felipe Segundo Guzmán, paceño,
quien siendo profesor y un intelectual en temas pedagógicos, ante el vacío de
poder generado por la inhabilitación de Villanueva , asumió el poder
transitoriamente para entregar el mando a Siles Reyes el 10 de enero de
1926, bajo el ojo avisor de Saavedra quien impuso a Siles una condición de
obediencia al Jefe del Partido Republicano que Siles no tardó en romper. El
profesor de aspecto bonachón, tranquilo y de cabeza grande era un intermediario
circunstancial marcado por la discreción para una transición sin sobresaltos.
Ese 6 de agosto de 1922, muestra a estos cuatro personajes
juntos, circunspectos y tranquilos en una foto que podía ser la de cualquier
gabinete pasajero en un acto oficial, pero como todo en la vida, las
circunstancias cambian y los destinos se modifican, Fernández Alonso
transcurría sus pasos finales en funciones públicas puesto que fallecería en 12
de agosto de 1925 en Cotagaita, Potosí. Saavedra en pleno apogeo de su poder se
ve tranquilo aunque quizás con la secreta preocupación de qué pasaría o
quién vendría después de él, no ocuparía nunca más la Presidencia después de
1926 y moriría en el exilio el año 1939. Felipe Segundo Guzmán el pedagogo
que arribó a la Presidencia en forma accidental ante la anulación de Gabino
Villanueva , moriría en 1932 y por último Hernando Siles , una figura nueva y
descollante gobernaría entre 1926 a 1930, jurando lealtad al Jefe del
Partido para luego cambiar de postura y pagar con la misma moneda del exilio a
Saavedra. Su agitada presidencia terminó abrupta y cruelmente, exiliado en
Chile , sirvió como Embajador allí y en Perú. Murió en 1942.
Sin embargo ese día, en esa efeméride del 6 de
agosto de 1922, estos cuatro hombres se sentaron afables y cercanos, cerca de
las escalinatas del Palacio Quemado, sin saber que les deparaba su propio
destino en años posteriores.
6 de Agosto de 1922: Gabinete del presidente Bautista
Saavedra : De izquierda a derecha: Felipe Segundo Guzmán (primero) ,
Severo Fernández Alonso (tercero), Bautista Saavedra (cuarto) y Hernando Siles
Reyes (séptimo). Fotografía tomada por Julio Cordero.
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