Por: Gabriela Alanoca C. / Pagina siete, 11 de febrero
de 2018 / http://www.paginasiete.bo/cultura/2018/2/11/tradiciones-perdidas-tiempo-carnaval-paceo-169545.html
El origen del pepino se remota a mediados del siglo XIX,
cuando la población paceña adaptó el Pierrot europeo a través del pepino, de
ahí su nombre. Sin embargo, también se considera que su denominativo se debe a
un personaje uruguayo de Juan José Pepe Podestá, quien habría
creado - en la década de 1870- un payaso con el nombre de “Pepino el 88”. “A la
llegada del payaso, los paceños se quedaron cautivados y para perpetuar su obra
designaron al personaje carnavalero con este pseudónimo”, comentan Chávez y
Gerl en su texto.
De esta forma en 1908 se registra por Foto Cordero una de las primeras imágenes
del pepino en la comparsa Nueva Marina del Placer. Del mismo modo, un año
después también se fotografió a la comparsa Los Holandeses, en la que se
aprecia en ambos extremos la presencia de este personaje.
No obstante, su tradicional desentierro surge en 2003 a iniciativa
de Wálter Chipana, pasante de la fraternidad Los Fanáticos. Dos años más tarde,
fue la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño (ACCP) que se hizo cargo del
evento, logrando el respaldo del Gobierno Municipal de La Paz, según
afirma David Mendoza en su estudio No se baila así nomás (2012).
Por su lado, se cree que el origen del ch’uta está en la provincia
Pacajes, localidades de Corocoro y Caquiaviri, cuando los jóvenes de estas
comunidades dieron lugar al personaje y baile. Según Félix Layme, el término
haría referencia al “joven nativo amestizado” y su falsete a la mofa que
hacían del habla de los hacendados o extranjeros, y de esto nace la idea
de colocarse una máscara.
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