Por: María Elena Humérez Comunicadora Social / Este artículo
fue publicado en el matutino paceño Pagina Siete el 8 de julio de 2018. // http://www.paginasiete.bo/ideas/2018/7/8/50-anos-de-la-publicacion-del-diario-del-che-en-presencia-186114.html
Aún es un misterio quién envió el diario del Che al matutino
Presencia. Lo cierto es que con la publicación de ese documento, el 9 de julio
de 1968, se marcó un hito en la historia del matutino católico y del periodismo
boliviano por la histórica tirada de 130 mil ejemplares en un solo día.
A principios de julio de 1968, en el mundo era noticia la
publicación en La Habana del diario de campaña de Ernesto Che Guevara con
prólogo del mismo Fidel Castro. Pero, ¿Cómo era eso posible si se suponía que
el original era celosamente resguardado en Bolivia por las Fuerzas Armadas? El
Presidente René Barrientos calificó esa publicación como “apócrifa” y Castro le
desafió a comparar las dos versiones.
El domingo 7 de julio, el matutino Presencia publicó
una transcripción de la primera parte de la versión cubana del diario, obtenida
del texto que había transmitido Radio La Habana y registrado en los estudios de
Radio Méndez de La Paz.
El lunes 8 de julio se publicó la segunda parte de la
versión tomada de Radio Méndez hasta cierta fecha, y luego el texto copiado por
el propio periódico de las transmisiones de la radio cubana. Las ediciones de
esos días se agotaron.
El martes 9 de julio de 1968 marcó una fecha histórica: toda
la edición del periódico Presencia reproducía el contenido del famoso diario.
En realidad, se trataba de fotografías de las páginas del libro que se había
publicado en La Habana el primero de ese mismo mes y que llegaron a la
redacción de una forma un tanto extraña.
Jaime Humérez Seleme, quien entonces era el jefe de
Redacción relató años más tarde: “El Diario del Che nos llegó por correo, entre
la correspondencia normal. Yo estaba en la jefatura de Redacción y entre la
correspondencia había un sobre de París, un paquetito. Yo tenía la costumbre de
abrir la correspondencia inmediatamente y al abrir ese sobre me sorprendí al
encontrar... el diario del Che Guevara, del cual ya se había estado hablando
que circulaba en Cuba. O sea que alguien lo envió desde Francia. Inmediatamente
nos reunimos el director y el subdirector para evaluar el asunto y decidir qué
hacer”.
Según contó Humérez no sabían si otros periódicos habían
recibido también lo mismo aunque eso era una posibilidad. “Entonces
decidimos publicar en nuestra edición del día siguiente el libro entero.
Los medios técnicos por entonces no eran muy favorables para eso, pero había la
fotomecánica. Entonces, la idea fue fotografiar hoja por hoja. Reducir la hoja
a una tercera parte, pero que fuera legible. De inmediato tomamos la decisión y
el taller comenzó a trabajar en ese sentido, se logró dar al día
siguiente la fotocopia del libro, con una introducción”.
Según relató Humérez, incluso los redactores tuvieron que
colaborar hasta la madrugada en la compaginación de las fotografías de las
páginas del libro. “Como dato anecdótico, una de ellas salió volcada y ese fue
el elemento para constatar que el periódico Los Tiempos de Cochabamba, que al
día siguiente publicó también el Diario del Che, lo había hecho fotografiando
las páginas de Presencia puesto que presentaba el mismo error”.
Un artículo posterior de Presencia señalaba que la
edición de ese día fue de 130 mil ejemplares, cifra sólo superada en 1977 (149
mil ejemplares) con la noticia del triunfo de Bolivia en la primera fase de las
eliminatorias para el campeonato mundial de fútbol Argentina 78.
“Primero se hicieron algo como 80.000, y después la gente
seguía comprando, al mediodía la máquina seguía trabajando, seguía sacando
ejemplares y se seguían vendiendo ejemplares en la calle hasta las seis de la
tarde”, recordaba Jaime Humérez.
A manera de introducción, Presencia publicaba ese día:
“Consideramos que este documento es fuente importante para entender una
etapa crucial en la historia de Bolivia y que su conocimiento no tiene por qué
quedar reducido a limitados círculos de personas. Pensamos que es inconveniente
mantenerlo en secreto, sobre todo si tal secreto dependía de que no se había
llegado a ningún acuerdo sobre su venta y si ahora se anuncia una edición hecha
por inspiración de las Fuerzas Armadas”.
Con la última frase se refería a las negociaciones que
llevaban adelante las Fuerzas Armadas de Bolivia con editoriales extranjeras
para la publicación del diario, pese a haber anunciado que éste y los demás
documentos incautados eran un secreto de Estado y que nadie tendría acceso a
ellos.
En un trabajo que recopila la historia y el periplo del
famoso diario, Carlos Soria Galvarro señala que “tras nueve días de
su publicación inicial en Cuba, ante el estupor y la inicial incredulidad de
los jefes militares, fue lanzado también al público boliviano como suplemento
del matutino católico Presencia con un tiraje récord, difícilmente superado
hasta hoy en Bolivia: 130 mil ejemplares impresos en una sola jornada”.
Desde Presencia se explicaba también ese día que el
esfuerzo editorial se hacía “con el fin de mantener a sus lectores informados
sobre aquello que tienen derecho a conocer y que tienen interés en conocer
según ha demostrado el hecho de que se hayan agotado las dos ediciones en
que se publicaron las primeras partes del diario del jefe guerrillero”.
Esa noche, el Comandante en Jefe de las FFAA, Alfredo
Ovando, admitió que el diario publicado por Presencia correspondía al original
que se encontraba en poder del Departamento Segundo del Estado Mayor General.
El 9 de julio el periódico publicó un recuadro con el título
“Nuestra edición de ayer batió un récord de tiraje”, con el siguiente texto:
“Nuestras prensas trabajaron ayer por cerca de quince horas.
Aunque la edición de dos secciones ya había sido superior a lo normal, se agotó
rápidamente. Por eso nos vimos obligados a continuar con la edición de sólo el
diario del Che, ya que de otra manera nuestros lectores hubieran tenido que
esperar mucho, mientras su impaciencia llegaba hasta nuestras puertas. Esta
parte extra circuló a partir del mediodía”.
Pese a que continuaban los pedidos, “el cansancio de los
trabajadores nos obligó a suspender la edición, cerca de las cinco de la tarde,
para concederles un reposo que se tenían ampliamente merecido. Anoche, la
primera tarea fue la de imprimir la edición de hoy. Pero como en la noche han
seguido pedidos tanto de esta ciudad como del interior –donde se repitieron las
escenas ocurridas en La Paz– se seguirá con el tiraje, con ejemplares que estarán
a disposición de nuestros lectores, a partir de mañana, si bien con la fecha de
ayer”.
La cifra de 130 mil ejemplares que en un principio sería la
definitiva, fue superada. “Consideramos que esta edición, de cuya
magnitud han podido darse idea nuestros propios lectores que son testigos de
las escenas ocurridas ayer, constituye un récord absoluto de circulación de un
diario nacional, en cualquier ocasión. De este hecho debemos agradecer, ante
todo, a nuestros lectores que, conscientes de los problemas que ocasiona
imprimir tal número de ejemplares, los aguardaron inclusive hasta la noche, en
La Paz”.
Jaime Humérez calculaba que, con las impresiones
posteriores, se superó los 160 mil ejemplares de la edición del Diario de Che
que publicó Presencia. El 12 de julio, el matutino católico publicó las “13
páginas perdidas” del Diario del Che –consignadas como “primicia” por la
revista Interviú– y que habían sido descubiertas por Radio Nueva América.
Nunca se supo quién envió el material a Presencia, y éste es
sólo uno de los varios misterios sobre el Diario del Che. El propio Carlos
Soria señala al respecto que “a más de 40 años de los sucesos, todavía se
discute algunos detalles, circulan versiones diferentes sobre ciertos puntos,
hay aspectos fantásticos como sacados de una imaginativa novela de espionaje y
todavía muchos cabos sueltos”.
El tema del famoso diario de campaña alcanzó notoriedad
nuevamente en junio de 1984, cuando se anunció su subasta a cargo de la Casa
Sotheby's de Londres. Entonces se inició una investigación en el seno de las
Fuerzas Armadas para dar con los autores o responsables de la sustracción del
documento, que supuestamente había quedado en custodia de la Sección de
Inteligencia.
“El periodista Humberto Vacaflor, que entonces residía en
Londres, fue convocado a verificar la autenticidad de la documentación. Logró tener
acceso a ella, obtuvo varias fotografías y tomó apuntes que le permitieron
escribir una serie de notas para la prensa”, señala Soria Galvarro.
El 17 de junio de 1984, Presencia publicó una reproducción
de la publicación de 1968, agregando las “13 páginas” y otras fotografías de
archivo. La introducción a esa edición decía lo siguiente:
“La súbita actualidad que ha cobrado la figura del Che, por
obra del manejo que se hace del diario que escribió como comandante del grupo
guerrillero que luchó en nuestro país, contrasta con el evidente
desconocimiento del contenido de ese documento, sobre todo por parte de las
nuevas generaciones, personas que hoy son adultas, pero que por esa época eran
niños o muy jóvenes.
Al decidir la reedición del Diario del Che, seguimos
considerando que es fuente importante para entender una etapa crucial en la
historia de nuestro país y que este documento no tiene por qué quedar limitado
a los intereses de reducidos círculos”.
En ninguna de las publicaciones se incluyó la Introducción
necesaria de Fidel Castro que estaba en el libro original.
Aún transcurridos muchos años, el tema del diario seguía
dando de qué hablar, y a mediados de los años 90 Presencia se anotó otro éxito
relacionado con el tema. En diciembre de 1995 comenzaba la búsqueda de los
restos del Che en Vallegrande, y en el suplemento “El Che desentierra la
historia”, Presencia publicó una entrevista exclusiva con el misterioso
“mensajero” que había llevado las copias fotostáticas del diario y otros
documentos a Chile, donde las entregó a los periodistas de la revista Punto
Final, quienes a su vez las hicieron llegar a Cuba.
Ese día el periódico no consignó el nombre del entrevistado
ni mostró su rostro en la fotografía. Sin embargo, sí lo hizo en la
reedición del suplemento una semana después, donde reveló que “El Mensajero”
era Víctor Zannier Valenzuela, quien había viajado a Chile con la copia
del diario cumpliendo un encargo de Antonio Arguedas, Ministro de Gobierno en
el gabinete de René Barrientos.
PRESENCIA EN EL DIARIO DEL CHE
“La radio da una noticia interesante: el periódico Presencia anuncia un muerto
y un herido por parte del Ejército en el choque del sábado; esto es muy bueno y
casi seguramente es cierto, de manera que mantenemos el ritmo de choques con
muertos”.
Así comienza la entrada del lunes 12 de julio de 1967 en el
diario del Che Guevara. Se refería a la noticia publicada por el matutino
católico el 9 de junio con el titular “Guerrilleros atacaron patrulla militar
en la zona de Río Grande”.
Es que los guerrilleros escuchaban la radio, y las noticias
de la radio eran, en su mayoría, las noticias de Presencia leídas por los
locutores.
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