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EL TARIJEÑO HUGO EMILIO ROMERO ARANCIBIA FABRICÓ UNA EMBARCACIÓN LA LLAMÓ “BOLIVIA HACIA EL MAR” Y NAVEGO DESDE BERMEJO PASANDO EL RÍO DE LA PLATA HASTA BUENOS AIRES (ARGENTINA)

Por: Jessica Hoyos / La Voz de Tarija, 25 marzo 2018. // Este artículo fue publicado con el título Don 'Firpo' Romero, más de 50 años pedaleando historias, disponible en  https://lavozdetarija.com/2018/03/25/don-firpo-romero-mas-de-50-anos-pedaleando-historias/

Hugo Emilio Romero Arancibia, más conocido como Don “Firpo”, de 79 años y tarijeño de nacimiento, es seguramente una de las personas más conocidas en el tráfico diario de la ciudad.  A diario avanza ágilmente montado en su bicicleta Raleigh, erguido con esa barba característica al viento que se roba más de una mirada curiosa.
“La barba la llevo desde los 20 años, me la corté por un trabajo diplomático, ni mi esposa Ana Teresa Torrejón ni mis dos hijos Ana y Hugo me conocen sin barba, solo les mostré fotos y me dicen: ‘no pensé que eras así’”, cuenta entre risas.
En Tarija es un personaje conocido, incluso él mismo dice que la gente lo ubica más cuando se refieren: “al viejito que anda en bicicleta”. 
“Una persona a mi edad normalmente ya no andaría en bicicleta pero es algo que me gusta que hice desde niño”. La edad no es un límite y él siempre busca estar activo, caminando, paseando y zapateando por este motivo.
Pero además de su particular imagen en bicicleta,  Don Flirpo también es conocido por ser el protagonista de unos de los videos virales más reproducidos en Boliviaen el que baila cueca junto a la activista a favor del ciclista, Alba Gareca.
Ha andado en bicicleta toda su vida, en su juventud fue en bicicleta de Tarija a Buenos Aires junto a su hermano haciendo escalas yendo por Salta. Tardaron casi dos meses en bicicletas Raleigh con piñón fijo que les regaló su padre.
“Tengo también muchos recuerdos de mi madre, ella puso uno de los primeros restaurantes en Tarija se llamaba La Gaucha, trabajó mucho”, rememora.
Durante la entrevista,  Firpo no deja pasar la oportunidad para dejar mensajes reivindicativos en torno al cuidado del medio ambiente y el uso de la bicicleta como medio de transporte.
“Creo que en Tarija se puede andar en bicicleta pese a la indisciplina, todos quieren ser primeros, yo recibía antes unos 50 insultos al día porque les hago señas y tengo que pararme para hacer respetar mi carril, hoy la gente está tomando más conciencia la gente ha comenzado a tener más respeto a los ciclistas”, destaca.
No en vano,  su pasión por este vehículo de dos ruedas le ha llevado a tener una colección de 16 bicicletas que utiliza para recorrer 50 kilómetros diarios.
Empieza su recorrido por la avenida Domingo Paz hasta el mercado Campesino, va por Circunvalación, sube al barrio Senac, va a mirar las ciclovías, va a la nueva terminal, retorna y da un par de vueltas a la plaza principal y la plazuela Uriondo, para luego trasladarse hasta la zona de El Tejar y llegar finalmente a la avenida Delio Echazú donde se encuentra su domicilio.
La vida de Don Firpo
Luego de terminar la vida escolar en Tarija,  Firpo tomó la decisión de irse a estudiar a Argentina, entre La Plata y Buenos Aires, donde se formó en restauración de bienes culturales y arquitectónicos además de licenciarse en periodismo.
Durante su etapa en el país vecino, estableció una agencia de publicidad en Buenos Aires a la que le dedicó alrededor de 7 años de trabajo. Fue allí donde trabajó con la famosa conductora Susana Giménez , con la que ha cultivado una amistad muy cercana y con la que tiene el proyecto de llevar a la gran pantalla la película del boxeador argentino Carlos Monzón.
Trabajó también en la Confederación General Económica, que es la central empresaria de Argentina, de donde saltó al cargo de jefe de ceremonia y protocolo de La Casa Rosada durante la presidencia de Arturo Illia en la gestión 1963 – 1964.
Una de las travesías más importantes en la vida de Firpo fue la que hizo junto a su hermano el 23 de marzo de 1969 durante el gobierno de René Barrientos Ortuño, quién les obsequió un motor pequeño pero ellos prefirieron avanzar a remo, hace casi 40 años de esta aventura que se concretó en una embarcación que ellos mismos fabricaron y la llamaron “Bolivia hacia el mar”.
“Hicimos una exposición aquí en la plaza principal con la embarcación y luego nos trasladamos a Bermejo de donde partimos navegando a remos con el objetivo de llegar al río de La Plata y a Buenos Aires”, recuerda.
Firpo y su hermano buscaban demostrar que Bolivia debería tener salida al mar, y que hacer un puerto en Fortín Campero era factible. Una vez llegaron a su destino, luego de 107 días, la naval argentina los recibió y les prepararon un acto en Palermo donde contaron todas sus peripecias.
“Tenemos pasajes muy lindos, por ejemplo, cruzando El Paraná por Paraguay nos sacaron a balazos, el ejército sobrevoló y nos condujeron al puerto de Rosario y nos tomaron presos porque la bandera boliviana no figuraba en el libro de navegación del mundo. Sin embargo, al revisar la embarcación y leer la bitácora se disculparon y compraron tela para luego cocerla y colocar a Bolivia en el tablero de entradas y salidas”, apunta.
Posteriormente, ingresó a trabajar en la empresa italo argentina Techint, donde estuvo casi 30 años como encargado del levantamiento de presión hidraúlica de los caños para instalación de gasoductos y oleoductos. Este trabajo le llevó a Italia, Pakistán, India, Arabia Saudita, para volver posteriormente a la Patagonia argentina. 
Sin embargo, llegó un momento en el que decidió poner fin a esa vida viajera y retornar a Tarija, la tierra que lo vio nacer.
“Decidí volver junto a mis padres y mis hermanos, luego de estar lejos tanto tiempo los extrañaba a todos. Los hermanos Romero Arancibia somos 16, 13 varones y 3 mujeres, a la fecha solo estamos con vida 6 y ya 10 se fueron”, explica.
Una vez volvió a Tarija trabajó como fotógrafo social y también hizo un poco de publicidad, pero después se mudó para el Chaco tarijeño donde abrió una carpintería que se convirtió en una fábrica de muebles.
Tras su paso por el Chaco, Firpo se estableció de nuevo en la capital tarijeña, ciudad en la que reside hasta el día de hoy y en la que compagina sus paseos en bicicleta con colaboraciones artísticas en largometrajes, cortometrajes y videoclips musicales.
“Primero trabajé con Diego Pino en la película Tierra Ajena y con Fernando Martínez trabajé El Sueño De Los Valles De Tarija donde ganamos el premio Eduardo Avaroa, además en Argentina en el año 1956 trabajé con el actor americano Tony Curtis en la película Taras Bulba durante su filmación en Salta”, subraya con orgullo.
En este momento, Firpo se encuentra elaborando el guion de un cortometraje aunque muestra su predisposición a participar en todos aquellos proyectos artísticos en los que se le requiera. Hasta que eso llegue, este entrañable personaje seguirá pedaleando por la calles de Tarija solo, o acompañando del colectivo de Masa Crítica, con quienes revindica un uso masivo de la bicicleta y  mejores condiciones para los ciclistas.

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