Fuente: Andrés Ibáñez, un caudillo para el siglo XXI: la
comuna de Santa Cruz de la Sierra de 1876 / Carlos Hugo Molina Saucedo. Autor:
Carlos Hugo Molina Saucedo. // Foto: bella postal de la Santa Cruz rural a
principios de siglo XX.
Del personaje histórico se repiten algunos espacios comunes que sirven como
telón de fondo para ubicarlo.
Al no conocerse la partida de bautismo que servía en esos tiempos como
definidor de la filiación, no se puede precisar el lugar de su nacimiento
figurando Puerto Pailas y Cochabamba, indistintamente; tampoco la fecha exacta
(8 de noviembre de 1843, 30 de noviembre 1844), ni el apellido materno, pues
aparece como segundo apellido, Justiniano,( Su madre se llamaba María del
Carmen Justiniano, según Orestes Harnés, Apuntes sobre Andrés Ibáñez y la
Revolución Federal, Santa Cruz, 1957, p. 2.) Santibáñez Gil,( Partida de
matrimonio del 26 de abril de 1862, con Julia Serrano Parejas. Pérez Velasco
recoge el testimonio de Leocadia Ibáñez Serrano que siendo niña, su padre le
leía cartas de su madre Carmen Santibáñez Gil, que vivía en un convento en
Cochabamba, en el que se había recluido. Daniel Pérez Velasco, Andrés Ibáñez,
caudillo del Oriente, Santa Cruz, 1972, p. 128.) y Gil.( Con este apellido lo
reconoce Francisco Bartolomé Ibáñez en su testamento de 1861. “Declara que a su
hijo Andrés Ibáñez Gil, a quien tiene reconociendo como a tal por instrumento
público i al que en por el presente ratifica i reconoce nuevamente por su hijo
natural…” (Pérez Velasco señala que su madre se llamaba María de la Paz Gil).)
Sirva este dato como indicador de la dificultad histórica para llenar algunas
partes formales del rompecabezas de su vida privada.( Pedro Kramer, que
escribió sobre Carlos de Villegas, es acusado de haberse llevado el único
retrato del padre de Ibáñez, Francisco Bartolomé, y se deja abierto si no hizo
lo mismo para desaparecerla, documentación valiosa sobre el Caudillo. Entre
ellas la Partida de Bautismo. Pérez Velasco, ob. cit., p. 128.).
Esta duda sobre su nacimiento y filiación que persiste hasta ahora, y el
carácter de hijo natural reconocido, fue la que generó la respuesta a Antonio
Vaca Díez en la campaña electoral de 1874; al saber que Vaca Diez se refería
“en forma no poco despectiva a la ciudadanía que apoyaba a Ibáñez, y aludiendo
a la persona de éste en términos tocantes a su modesto origen del lado
materno”,11 aprovechó la circunstancia para marcar la diferencia ideológica al
sacarse la levita y colocarse la chaqueta de artesano, en medio de los vítores de
sus seguidores. Es sin duda, éste el momento de mayor impacto mediático y
discursivo.
Otros datos se resuelven fácilmente con una lectura ideológica de los
acontecimientos, y los demás forman parte de la repetición de difícil
demostración por la ausencia de documentación fiable, por lo menos, hasta
ahora. Algunas de estas afirmaciones se expresan así:
a) ¿A Ibáñez lo mataron por igualitario o por federal? A esta pregunta se le
incorpora que el 2 de octubre con el acta del pueblo que lo proclamó Prefecto,
no se produjo ninguna acción de violencia gubernamental, enviando el gobierno
negociadores para solucionar la crisis; el 25 de diciembre proclamó la
Federación, lo que provocó que Daza mande al ejército con su Ministro de Guerra
a la cabeza. ¿El igualitarismo no atentaba contra la estructura estatal, el
federalismo, sí?
b) Se repite que las crónicas de la época están llenos de noticias sociales a
favor de Villegas, y que a pesar de estar muy poco tiempo, se casó con la dama
cruceña Belizaida Ribera, como una forma de mostrar el “entreguismo” de la
oligarquía anti-ibañista. Habrá que señalar como descargo, que el amor no tiene
banderíos, y el matrimonio de Villegas, si bien se consumó muy rápido, perduró
dignamente hasta la viudez. (Villegas murió el 7 de enero de 1897).
c) ¿Ibáñez, era un hombre ultrajado por la elite local? A esta pregunta se
constata que era el hijo preferido de su padre, y de su madrasta, Leocadia
Silva, a quien quería y por ello le puso el nombre a su primera hija. En
primeras nupcias se había casado con la nieta de un prócer, lo que habría sido
difícil en aquellos tiempos, si el pretendiente no hubiese estado acompañado de
méritos sociales; vivía en la calle Ballivián, en pleno centro de la ciudad,
tenía una quinta en La Colorada y una estancia en el Río Grande; su partido
político ganaba elecciones, sus amigos eran renombrados en la sociedad, y él
mismo, como abogado, había ocupado cargos importantes. Cada una de estas
situaciones, por ser ciertas, aumentan los elementos que requieren ser
analizados.
d) ¿Santa Cruz no era relevante políticamente en la Bolivia minera? La ciudad
de Santa Cruz tuvo presencia nacional, era una plaza importante, tenía el mayor
número de votantes del país, proporcional a su población, menor en número de
electores solamente a Sucre; había una práctica política fuerte, tanto que se
formaron partidos políticos locales relevantes: Ibáñez en el siglo xix y con el
que ocupó durante varios períodos el Concejo Municipal, el Regionalista en el
xx. Todo ello expresa que había desarrollo político y avances organizativos de
la sociedad, un paso importante en relación a la política nacional. El Redactor
de la Asamblea Constituyente del año 1872, en la que participa como Diputado
Andrés Ibáñez por primera vez, en su sesión del 22 de agosto, al realizar el
escrutinio de votos que proclama Presidente Constitucional al Gral. Agustín
Morales, en el resumen final por capitales de departamento, arroja los
siguientes números de votantes:
Sucre: 1.243 / La Paz: 978 / Cochabamba: 982 / Potosí: 505 / Oruro: 492 / Santa
Cruz: 1.088 / Trinidad: 119 / Cobija: 154 / Tarija: 520
La representación parlamentaria, con el ajuste de la población provincial en
las elecciones del año 1872, sobre 62 diputados, se distribuía en 15 para La
Paz, 11 para Cochabamba, 10 para Potosí, 7 para Chuquisaca, 6 para Oruro, 5
para Santa Cruz, 4 para Tarija, 2 para Beni y 2 para Litoral.
e) Hay una repetición sin mucho fundamento y sesgado de lo ocurrido que no le
dan a Andrés Ibáñez su verdadero lugar y lo mantienen en el localismo. El libro
de Durán y Pinckert16 es posiblemente la primer lectura que acude a fuentes
históricas no tradicionales; aportes como el de Orestes Harnés, Reymi Ferreira,
Andrey A. Schelchkov, Salvador Romero Píttari, Hernando Sanabria, Daniel Pérez
Velasco, Carlos Hugo Barbery, cejis, Roberto Vila de Prado, la película Los
Igualitarios, y documentales televisivos realizados por Reymi Ferreira y
Roberto Barbery Anaya, cada uno con sus enfoques, son la base para profundizar
sobre la figura más paradigmática del oriente y de la vida política del siglo
xix.
Resulta interesante reproducir lo que dice sobre Ibáñez Pedro Kramer, en el
estudio histórico y biográfico “General Carlos de Villegas”: “El Dr. Andrés
Ibáñez poseía un alma ardiente; como Fiscal de Distrito, demostró entereza y
justificación; como Diputado Nacional, independencia; como abogado,
ilustración; como político y como jefe insurrecto, carácter y valor a toda
prueba; su muerte fue una pérdida sentida.”
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