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CUANTOS NEGROS HUBO EN LA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS

Fuente: ESCLAVOS NEGROS EN BOLIVIA - De Alberto Crespo R. 1977.

Todos los autores que han estudiado el tema están de acuerdo -no podía ser de otra maneraen apreciar las invencibles dificultades que hay para formular otra cosa que no sean cálculos y aproximaciones sobre el número de africanos que fueron trasladados a América. En primer lugar, cuando hay cifras, éstas son probadamente parciales y, en segundo término, tampoco se podrá saber la cantidad introducida fuera de todo registro, por la vía del contrabando.
Citando informaciones estudiadas por P. Cauno, Sánchez-Albornoz señala que entre 1551 y 1640 la corona española autorizó la internación de 170.000 piezas. Menciona también las suposiciones de Curtan, según las cuales, durante el siglo XVI, las Indias españolas habrían recibido 75.000 esclavos y Brasil, desde la mitad de ese siglo, 100.000, a los cuales cabría agregar los 125.000 y 200.000 que llegaron respectivamente, de 1600 a 1650. Sumadas tales cantidades, la trata a América española y portuguesa habría comprendido en los siglos XVI y XVII a medio millón de personas.
Entre los cálculos más solventes a causa de los procedimientos empleados en las estimaciones, cabe mencionar el trazado por Curtin. A partir de 1713 las operaciones involucrarían a 40.000 personas por año, para aumentar a unas 60.000 después de 1740, proporción que se habría mantenido hasta 1840. En adelante hubo una paulatina declinación, hasta desaparecer el comercio alrededor de 1870. Tales cifras sirven de base a Curtin para calcular en diez millones el número de africanos trasladados a América.
Hacia 1650, sobre una población estimada en América de 12.411.000 habitantes, los negros alcanzaban a 857.000, o sea un 6, 9 por ciento. El grupo étnico más importante, el de los indios, con 10.035.000 personas, representaba el 80, 8 por ciento; los 849.000 blancos una proporción de 6, 8 por ciento; los 401.000 mestizos, el 3, 2 por ciento y los 269.000 mulatos un 2, 1 por ciento.
En el territorio de Charcas, según esos mismos cálculos, a mediados del siglo XVII, la población negra, sobre un total de 850.000 personas, llegaba a 30.000. Los indios sumaban 750.000, los blancos 50.000, los mestizos 15.000 y los mulatos 5.000. Por vía de comparación, vale la pena mencionar que Colombia, Ecuador y Perú tenían separadamente el doble; Venezuela una cantidad igual a la de Bolivia y Chile apenas 5.000.
La población del territorio de Charcas había permanecido casi estacionaria desde 1570. Para Rosenblat, en ese año era de 737.000, dividida así: vecinos, 1.350; blancos, 7.000; negros, mestizos y mulatos, englobados en una sola clasificación, 30.000; indios, 700.000. Al trazar con bastante imprecisión el cuadro demográfico de La Plata, Vázquez de Espinoza dice que hacia el año de 1610 habían en la villa 1.100 hombres y 1.500 mujeres, cifra que "ha ido en aumento" hasta la época en que él escribió su “Descripción”. Las parroquias de indios comprendían a unas 2.000 personas, mientras que en las de la ciudad habría unos 1.500 naturales “de todas las edades”. Los mulatos y zamhaigos, entre hombres y mujeres, llegaban a 140 y los esclavos negros de los dos sexos, a 32.
También está lejos de ser conocido con aproximada y satisfactoria exactitud el volumen demográfico que alcanzó la Villa Imperial de Potosí durante diversas épocas de la colonia. Más de una referencia le asigna cifras que conducen a la perplejidad. Arzáns afirma que en 1611 el presidente de la Audiencia de La Plata ordena empadronamiento el cual dio la cifra de 160.000 habitantes, entre ellos “cuarenta mil forasteros de los reinos de España y extranjeros”. Sin embargo, se sabe y esta vez documentalmente que en 1610 allí vivían apenas 36 flamencos, 74 portugueses, 15 genoveses, 20 corsos. El censo señalo “6 mil negros, mulatos y zambos, de entre ambos sexos, de diversas provincias del mundo”.
De acuerdo a los datos no totalmente fiables que registra la obra de Arzáns, por lo menos en dos recuentos o cálculos la población negra de Potosí habría mantenido una equivalencia uniforme con respecto a la realidad demográfica total de la Villa. Se ha visto hace poco que según las cifras del censo de 1611, de un total de 160.000 habitantes, los negros, mulatos y zambos sumaban 6.000, es decir un 3,9 por ciento. Un siglo más tarde, 1719, cuando la población se había reducido a 70.000 personas, los negros (esclavos y libres), mulatos, zambos y cuarterones, llegaban a 3.209 personas, o sea un 4, 5 por ciento. Corresponde inferir que esa proporción de gente de color se mantenía más o menos constante por la continua llegada de contingentes africanos, puesto que cuanto se cortó la trata a comienzos del siglo XIX por efecto de la guerra de la Independencia, la disminución fue notable. El censo general del departamento de Potosí levantado en 1832 registró apenas la cantidad de 1.142 negros, sobre un total de 224.000 habitantes.
Sin embargo -y acá volvemos al terreno impreciso de las estadísticas de la Colonia- se sabe que en el curato de la Matriz de Potosí, sobre un total de 13.700 personas, en 1807, fueron registrados 459 negros y 507 pardos, lo cual representa algo más de un siete por ciento. Aunque parezca más sorprendente todavía, de acuerdo a un dato consignado por Alcide D'0rbigny, en 1793, cuando la población de Mizque era de 17.000 habitantes, los negros y mulatos llegaban a 2.249 o sea un alto porcentaje. Por otro lado, como resultado de una investigación efectuada en el archivo de la Catedral de La Paz, hoy conservado en la iglesia de San Agustín, se puede estimar preliminarmente que en ciertos períodos de la colonia, por lo menos un 12 por ciento de la población, excluida la mayoría indígena, estaba formada por esclavos negros domésticos. A comienzos del siglo XIX, en Ocobaya, Yungas de La Paz, uno de los destinos preferenciales que se dio a los negros en Charcas, la distribución era la siguiente: indios, 643; españoles, 94; mestizos 80 y negros 32.
Las informaciones fragmentarias de un censo de La Paz efectuado en los años 1823-1824 proporcionan datos correspondientes sólo a cuatro de los ocho cuarteles en que fue dividida la ciudad para dicha operación. El número de habitantes registrado en eso que llega a ser una "muestra" es de 3.219 y puede deducirse, tomando en cuenta otros cómputos, que tal cantidad representa un octavo de la población total. De la misma manera aproximativa y reparando en los apellidos de los cabezas de familia que allí figuran, se puede considerar que dichos cuatro cuarteles correspondían a los barrios habitados principalmente por españoles, rodeados a veces de numerosa servidumbre, y en casas cuyas dependencias (tiendas, hornos, habitaciones sueltas) eran alquiladas a otras capas sociales, como mestizos y aun indios.
En medio de esos 3.219 pobladores (la proyección para toda la ciudad da un total de 28.600), aparecen solamente 41 esclavos, de los cuales 28 son mujeres y 13 hombres. Este número no guarda proporción con el de los pobladores negros que resulta de los cómputos desprendidos de los registros de la Catedral a que se ha aludido antes, hecho que podría explicarse tal vez porque apenas un corto número de esclavos vivía en las mismas casas que sus amos españoles de los cuarteles céntricos y los demás en viviendas modestas de otras zonas.

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